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En el país, empresas como Volvo, BMW y otras automotrices han impulsado el crecimiento de espacios industriales.

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La demanda de espacios industriales, particularmente, en el norte de México está impulsada principalmente por la industria automotriz, la cual se ha mantenido con un crecimiento estable año con año.

 

Así lo consideró Jorge Ávalos, presidente de la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP), quien destacó que lidera el nearshoring pues representa el 42% de las nuevas instalaciones y expansiones inmobiliarias en el país, por encima de los sectores de electrónica y maquinaria, que representan el 33% y 39%, respectivamente.

 

Indicó que marcas de renombre como BMW, Audi, Nissan, Toyota, Ford y KIA han establecido plantas de producción en diversas regiones del país, lo que ha permitido a México consolidarse como uno de los principales productores de vehículos a nivel global.

Este crecimiento ha venido acompañado de una expansión en los niveles de inversión en infraestructura, como lo demuestra el reciente anuncio de una nueva planta de Volvo Trucks en Nuevo León, así como otras inversiones de gran escala en San Luis Potosí y otros estados.

 

 

Se explicó en un podcast de Banorte que, regionalmente, México se divide en cuatro zonas: el norte donde domina la manufactura automotriz y de exportación. El Bajío, con una vocación logística, en tanto que el Valle de México y Occidente (Guadalajara) predomina el sector logístico y comercio electrónico.

 

Con lo que respecta al futuro de la industria, Ávalos subrayó que la participación de México en el sector automotriz sigue siendo fundamental, con un fuerte enfoque en la cadena de suministro de partes y componentes, conocidas como los niveles Tier 1, Tier 2 y Tier 3.

 

Estas inversiones no solo están relacionadas con la manufactura de vehículos, sino también con el desarrollo de infraestructuras industriales que garanticen un entorno seguro y eficiente para las operaciones.

Resaltó la importancia de continuar impulsando políticas públicas que favorezcan la inversión extranjera, especialmente en sectores como el automotriz y la electrónica, y a seguir aprovechando las oportunidades que el nearshoring trae consigo para el crecimiento económico y la consolidación de México como un centro industrial de primer orden a nivel mundial.