En Londres, parece que la historia de escasez de oferta en el mercado de alquileres residenciales prime está llegando a su fin. Lo cual, será una buena noticia para los inquilinos, que se enfrentan a alquileres un 25% más altos que al comienzo de la pandemia.
Así lo dio a conocer un análisis de Knight Frank en donde explicó que la causa principal es la reciente incertidumbre en el mercado de ventas, lo que significa que más propietarios están alquilando sus propiedades después de no poder alcanzar el precio de venta.
“La preferencia de muchos propietarios sigue siendo vender. Pero están más abiertos a la opción de alquiler, dadas las recientes oscilaciones en el mercado de ventas. La demanda de los inquilinos es fuerte y los rendimientos son muy saludables, lo que se suma al atractivo”, dijo Gary Hall, director de alquileres de Knight Frank.
El número de nuevos inquilinos potenciales registrados fue un 31% superior al promedio de cinco años en mayo, lo que subraya la fortaleza de la demanda de estudiantes y empresas. Por su parte, los rendimientos brutos alcanzaron el 3.99% en el Prime Central London (PCL) en junio, lo que supuso la cifra más alta desde 2009.
Por el lado de la oferta, el número combinado de listados de alquileres en PCL y Prime Outer London (POL) fue el segundo nivel más alto desde septiembre de 2021, según datos de Rightmove.
No obstante, el aumento de la oferta no es universal y sigue siendo limitado en áreas como Notting Hill y Kensington, donde la demanda en el mercado de ventas es resistente y la oferta general de propiedades es baja.
Al hacerse menos pronunciado el desequilibrio entre la oferta y la demanda, el crecimiento anual del valor de alquiler en PCL cayó al 14.4% en junio, el nivel más bajo desde octubre de 2021. En las afueras de Londres, una cifra de 12% fue la más baja durante el mismo periodo.
Los niveles de existencias comenzaron a subir a principios de este año debido al impacto negativo del mini-Budget en el mercado de ventas. Sin embargo, la actividad de ventas se recuperó con más fuerza de lo previsto y la oferta de alquileres se mantuvo baja.
“Dicho esto, habrá un efecto de amortiguación debido al fuerte crecimiento de los salarios, los niveles récord de equidad en la vivienda, los ahorros acumulados durante el confinamiento, la disponibilidad de plazos hipotecarios más largos, la indulgencia de los prestamistas y la popularidad de los acuerdos fijos en los últimos años”, resaltó el análisis.
Las fuerzas opuestas de la resiliencia natural del mercado y la creciente incertidumbre económica significan que es probable que los precios sigan desinflando lentamente durante el resto de este año, concluyó el documento.