Tener una propiedad es una inversión garantizada que aumenta su plusvalía con el paso de los años. Si estás pensando en remodelar tu casa para aumentar su valor, antes de hacerle cualquier modernización, debes considerar el valor real de tu propiedad mediante un avalúo; si bien no existe una fórmula matemática exacta, algunas características que se toman en cuenta para determinar su costo son la extensión (metros cuadrados de terreno y/o construcción), conservación, antigüedad y ubicación.
Una vez que tengas el avalúo, “presta atención a los detalles, sé cuidadoso y encuentra el equilibrio, no es necesario dotar tu casa o departamento de grandes lujos, contar con una localización privilegiada o una vista espectacular, basta con mejorar su apariencia, conservarla en buen estado y que los servicios funcionen al 100%. Sin duda, una casa agradable y en buenas condiciones tiene mayores posibilidades de venderse en menor tiempo”, aseguró Nicolás Peñaranda, COO de Castia.
- Planea y visualiza cada área de tu hogar. Antes de iniciar la remodelación, analiza los espacios disponibles o que estén sujetos a cambios para ser mejorados o eliminados. El primer paso es limpiar a profundidad el lugar y desechar lo que ya no funcione. Si tu objetivo es vender, aprovecha para retirar los objetos personales. Como segundo paso, determina cuánto es lo que puedes invertir, haz una valoración externa para investigar el costo del m2 en la zona donde se encuentra el inmueble y si es susceptible a cambios específicos.
- Optimizar espacios. El tamaño de la vivienda no siempre determina el precio de una propiedad, una buena distribución, con diversas habitaciones y baños, aporta más valor. Aunque el espacio sea reducido, si el sitio está pensado de forma adecuada dará la sensación de comodidad. Aprovecha las áreas muertas para incorporar espacios de almacenamiento, una alternativa para optimizar el lugar es la construcción de closets empotrados, no solo permiten una mejor organización de los artículos, también son una fuente de encarecimiento en el mercado.
- Mantenimiento. Aplicar una capa de pintura tanto en el interior como en el exterior, barnizar los acabados en madera o pulir el piso le darán un realce al hogar. Pero también verifica el funcionamiento de puertas, bisagras y ventanas; asegúrate del buen estado del sistema eléctrico, del gas y del agua. Si percibes alguna anomalía, realiza las reparaciones necesarias y revisa en cuáles necesitas el apoyo de un especialista.
- Renovar la cocina y el baño. Si tu presupuesto es limitado, puedes concentrarte en estas dos áreas. Algunas de las mejoras más valoradas son: cambio de azulejos, sustituir el piso para una limpieza más fácil, quitar o añadir algún mueble, además de poner mayor atención en la fontanería, compartió la compañía que permite comprar una propiedad nueva antes de vender la que se habita.
- Buena iluminación. Un espacio iluminado influye en el estado de ánimo de los compradores y también permite un mejor descanso, mayor sensación de seguridad y puede otorgar versatilidad y elegancia al lugar.
Contar con luz natural será prioridad, pero si el inmueble no tiene ventanas amplias que den este efecto, los focos de led pueden ser la solución.