Tras el primer confinamiento debido a la pandemia en Estados Unidos, el mercado residencial despegó, y en el 2021 continuó su senda de crecimiento, apoyado en los bajos tipos de interés y los estímulos del gobierno para levantar el consumo.
Además, debido a los retrasos producidos en la construcción por la pandemia, menos casas han salido al mercado, empujando los precios al alza.
El mayor incremento interanual se produjo en julio, cuando marcó un aumento del 19.2%, y el índice se mantiene en doble crecimiento desde octubre de 2020.
Según datos de Standard and Poor’s, las veinte mayores ciudades del país anotaron un aumento de precios durante este año.
La subida de precio más pronunciada se produjo en Phoenix (32.4%), seguida de San Diego (27.8%), Seattle (25.9%) y Tampa (24.4%).
En Nueva York, el mayor ascenso fue del 17.8% en el séptimo mes del año, mientras que en Washington fue del 15.8%.
La agencia de rating sostiene, más de un año después de la irrupción del covid, que la pandemia no frenó el ciclo de crecimiento del mercado residencial estadounidense.
El US Census Bureau indica que el mercado de vivienda nueva registró desde enero y hasta octubre, la transacción de 8.9 millones de activos, un 9.4% más que en el mismo periodo de 2020.
Con los meses de primavera más afectados por la falta de actividad económica, pero con un gran impulso de recuperación en verano. En las viviendas de segunda mano, el porcentaje de crecimiento en las ventas fue aún más significativo.
Durante los diez primeros meses del año, se registró en el país la venta de 60 millones de viviendas, un 11.3% más que en el mismo periodo del 2020, que ya fue un año de récord en el sector.
Para 2022, la agencia la agencia Fitch Ratings prevé que el precio de la vivienda continúe al alza, con un incremento del 5%, que escalará hasta el 7% en el 2023.
A pesar de la subida, supone un baja del encarecimiento de la vivienda, que en el 2021 se pensó repuntaría un 16.5%, de acuerdo con una publicación de EjePrime.
La reducción de la velocidad en la subida de precios se debe a una mayor financiación por parte de los bancos y un declive de la asequibilidad de los activos.
Además, la oferta de vivienda aumentará, abandonando los bajos niveles de stock actuales y que impactaron en el mercado durante 2021. Con todo, las hipotecas irán al alza en el 2022, con un incremento hasta del 2.2%, para volver a caer en el 2023.