La propuesta más importante para el segmento de vivienda institucional o multifamily, es ofrecer espacios inmobiliarios en renta de nivel medio y alto, especialmente a personas solteras, parejas recién comprometidas y ejecutivos nacionales e internacionales, que buscan estar cerca de centros de trabajo, lugares de entretenimiento, universidades y plazas comerciales.
“En 2020 se modificó la forma de trabajo, hábitos de compra y costumbres de interacción social y dentro del Real Estate en México, hubo sectores más afectados que otros, como oficinas y retail, sin embargo, poco se habla del sector de vivienda institucional en renta, el cual ha sido resiliente y presenta grandes oportunidades y retos”, señaló Juan Ramón Ramírez Villalobos, especialista en Terrenos de Newmark Monterrey.
Según el estudio “Mercado de vivienda multifamily: Recuperación y retos” uno de los desafíos es el shadow market, que posee una gran parte de la participación del mercado de vivienda en renta, pero que opera fuera de la economía formal. El reto aquí es la normatividad, ya que debido al alto costo de la tierra en las principales ciudades, se necesita una economía de escala para que este tipo de activos funcionen.
El estudio añade que si se planean proyectos superiores a 150 unidades, en la Ciudad de México u otras ciudades como se contempla en el Desarrollo Orientado al Transporte (DOT) en Monterrey, no siempre se permiten altas densidades, lo que obstaculiza su desarrollo.
Oportunidad en Latam
Pese a lo anterior, hay un panorama alentador en México y otros países, ya que hay diversas firmas que planean para este segmento el desarrollo de entre 10 y 15 proyectos nuevos a tres años, lo que representa aproximadamente 5 mil unidades residenciales nuevas en renta, destaca por su parte Fernando Ulacia, vicepresidente asociado de CCLA Group, un joint venture entre CIM y Compass Group, que desarrolla y administra propiedades multifamily de alta gama en Latinoamérica.
Ulacia ejemplificó que antes de la crisis por el Covid-19, la ocupación del portafolio estaba en 95% y el promedio de las renovaciones (inquilinos que permanecen), estaba en 60%. En la crisis, la demanda de unidades disminuyó entre 20% y 50% en los primeros meses y la ocupación llegó a tocar fondo en 83% y la tasa de renovaciones llegó a estar hasta en 40%, “debido a que los inquilinos regresaban con sus familias, parejas, o incluso se iban a otras ciudades debido al home office”.
Otro tema que los afectó fue que muchos de los inquilinos eran extranjeros, lo que ocasionó que en septiembre y octubre, bajaran. En contraparte, dijo, las renovaciones recuperaron sus tarifas anteriores de entre 280 a 300 pesos por/m².
Movilidad a la carta
“La pandemia obligó a cambios en sus desarrollos, se redoblaron esfuerzos de comercialización con promociones especiales, se ofrecieron apoyos en pagos y se volvieron flexibles en plazos de estancia como en los equipamientos. Adicionalmente, se implementaron programas de flexibilidad de los vecinos entre los propios edificios, de manera que los inquilinos pueden moverse entre sus diferentes desarrollos si así lo deseaban”, destacó Ulacia.
Agregó que también se tuvo la oportunidad de innovar en la atención al cliente y hoy en día el proceso es 100% digital, mediante una app inquiliaria para reservar las horas de uso de las amenidades como gimnasio, alberca, asadores o áreas de estudio, sin necesidad de hacerlo presencialmente.
Además, se implementaron recorridos en línea para las unidades y el edificio, con lo que actualemente es posible rentar un departamento virtualmente, sin ir al proyecto, lo cual ha generado que su operación se vuelva mucho más eficiente y segura.