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Poco se habla de la ruta de los fracasos que ha recorrido el gigante del e-commerce. Aquí van algunas reflexiones, según un artículo de The New York Times.

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Con el lanzamiento de la cámara oval de Amazon, hace cuatro años, llamada Echo Look, se podía fotografiar varias combinaciones de prendas y a través del uso de la Inteligencia Artificial (IA) destacar el atuendo que se veía mejor.

Sin embargo, Amazon anunció tres años después que el producto y su aplicación pronto dejarían de funcionar. El producto, en su momento, también podía dar consejos de estilo.

Actualmente, muchos usuarios han aprendido la dura lección que significa ser cliente de Amazon, ya que aunque se está pagando mucho dinero, se es un conejillo de Indias expuesto a los caprichos de la compañía, que no obstante, de manera incesante se esmera por innovar.

Según un artículo firmado por Brian X. Chen, “muchas personas que poseen dispositivos de Amazon fueron afiliados de manera automática en Sidewalk, un programa para compartir internet que generó un intenso escrutinio”

Pero el enfoque de alto riesgo y altas recompensas a la innovación está entretejido en la cultura de Amazon.

“Jeff Bezos ha dicho que los fracasos de Amazon le cuestan miles de millones de dólares. En una ocasión dijo a los inversionistas que su compañía era “el mejor lugar del mundo para fracasar (¡tenemos mucha práctica!) El fracaso y la invención son gemelos inseparables”.

El articulista señala además que el entusiasmo desenfrenado de Amazon frente al fracaso ha incluido tropiezos de alto perfil en electrónicos de consumo. “Durante cuatro años, vendió millones de botones Amazon Dash, los cuales podías presionar para reabastecer artículos como papel higiénico. Amazon descontinuó el Dash en 2019, después de que los pedidos hechos a través de los botones disminuyeron de manera significativa. En 2014, la compañía comercializó de modo intenso el Fire, su primer teléfono inteligente, y lo descartó tan solo un año después debido a reseñas mediocres y ventas escasas”.

Además, Amazon ha experimentado con ideas de mal gusto: Un dron autónomo que vuela dentro del hogar y graba video para atrapar intrusos; Halo, un producto de acondicionamiento físico que dice con precisión qué tan gordo estás, por ejemplo.

Lisa Levandowski, una vocera de Amazon, dijo que los equipos probaban las invenciones de la compañía ampliamente, pero que, debido a que eran nuevas y ambiciosas, la retroalimentación de los clientes podía ayudar a mejorarlos “lo que permite a Amazon convertir productos como Echo y Alexa en lo que son en la actualidad”.

Veteranos del diseño en Apple y Samsung confirmaron que el método de Amazon era atípico. Mi recomendación en general es pensarlo bien antes de comprar productos tecnológicos de punta hechos por Amazon (y si lo haces, recuerda que es un riesgo).

Lento y estable contra innovación instantánea

Otro ejemplo de la experimentación suave es lo que llevó a cabo Samsung a través de un televisor. Para este caso, Yves Béhar, un diseñador suizo, colaboró con la marca para diseñar un televisor que pudiera mimetizarse con la habitación como una obra de arte.

El diseñador y la marca vieron que los hogares se están haciendo más chicos y los gustos se vuelven más eclécticos, por lo que trabajaron con curadores en museos y galerías para seleccionar obras de arte que pudieran proyectarse.

Después de algunos años de probar prototipos y establecer alianzas en arte, en 2017 se lanzó Frame TV, un televisor que parece un marco para imágenes y que usa sensores de movimiento para mostrar obras artísticas cuando las personas están presentes y apagarse cuando nadie está cerca. El aparato es un éxito.

Béhar, quien fundó Fuseproject, firma de diseño industrial, dijo que entendía el enfoque de Amazon como una compañía de venta minorista para probar ideas rápido, sin embargo, “con el hardware, las personas acaban con cosas que son inservibles o ya no funcionan”, dijo. “En el mundo que vivimos en la actualidad, con calentamiento global, plásticos y desperdicio, pienso que es algo sobre lo que debemos tener mucho cuidado”, lo que implica un reto en el que Amazon no está al tanto.