De acuerdo con un reporte, los Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces (Fibras) verían afectados sus ingresos entre 12 y 18 meses a causa de la desocupación de espacios, así como a las dificultades de los inquilinos para pagar rentas derivado de la emergencia del COVID-19. Un estudio de SiiLA México destacó que la negociación en los pagos de rentas para los próximos tres o cuatro meses con los inquilinos de inmuebles comerciales e industriales, principalmente, que ocupan los portafolios, será la clave para no prolongar más este impacto.
Y en el mejor escenario, los propietarios querrán mantener a todos sus inquilinos, ya que, de irse alguno, el espacio permanecerá vacío entre ocho y 14 meses. Además, tras el cierre de centros comerciales y freno de operaciones de algunas empresas consideradas no esenciales por la pandemia, las Fibras tendrán que ocuparse de gastos operativos y pago de deuda, una vez que se reactive la actividad por el COVID-19.
La consultora inmobiliaria señaló que se estiman pocas adquisiciones de nuevos inmuebles en los próximos meses. Y, a pesar de que se percibe menor liquidez dado que muchos fondos han optado por cuidar las reservas de efectivo, así como una menor demanda de inmuebles por parte de jugadores institucionales, las Fibras mantuvieron un valor de capitalización entre 10 y 15% a finales del mes de marzo. Añadió que la mayoría de los fideicomisos han acudido a sus líneas de crédito para conservar liquidez ante los efectos de la pandemia, lo que incrementaría su nivel de apalancamiento en el corto plazo; refirió El Financiero.