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Los últimos avances tecnológicos han llevado a la aparición de edificios inteligentes, donde se aplican soluciones a los viejos problemas de sobregasto e ineficiencia en su construcción y uso.

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En un edificio inteligente todos los sistemas están conectados, integrados y automatizados, desde el aire acondicionado, calefacción, agua, hasta la seguridad y la iluminación, de esta manera proporcionan soluciones para mejorar la eficiencia y reducir el consumo y costos de energía.

La firma Trane expone en un artículo que las nuevas construcciones se pueden diseñar para poner en ejecución todas estas tecnologías inteligentes, inclusive convertir estructuras más antiguas en edificios conectados, lo que puede representar una alternativa ante el panorama de la industria de la construcción en nuestro país.

Describe que el uso de sensores integrados en la infraestructura y los datos recolectados dentro de estos edificios, permiten una mejora significativa en su gestión.

En particular, expone que gracias a las tecnologías innovadoras y a las crecientes ventajas del Internet de las cosas (loT), los residentes y los empleados de oficinas modernas e inteligentes están disfrutando de las comodidades y beneficios asociados a un edificio conectado.

La eficacia y la eficiencia están implícitas dentro de todo lo que envuelve a estas construcciones y, de acuerdo con Trane, aquí hay algunos beneficios clave de contar con un edificio conectado:

1. Ahorro en el consumo de energía de entre 5 y 35%.- Para la mayoría de los edificios comerciales, el uso de energía es el gasto de operación más substancial. Aproximadamente, un tercio del presupuesto operativo típico se destina al consumo de energía; un edificio inteligente está diseñado para aumentar la eficiencia independientemente de las condiciones externas o internas de la estructura. Las cifras varían en función de cada sistema y edificio, pero se puede reducir el consumo de energía de un edificio conectado (Connected Building) desde el 5% al 35%.

2. Auditorías más eficientes.- Los sistemas y tecnologías en edificios inteligentes permiten monitorizar todos los parámetros de energía en tiempo real, teniendo control móvil del edificio y acceso seguro a la información y administración remota del sistema desde cualquier lugar.

3. Control sobre la eficiencia.- La evolución constante de las tecnologías enfocadas a la eficiencia, entre ellas cámaras de seguridad y los sensores térmicos, proporcionan información fiable sobre cómo se utiliza el edificio. Esto permite que los sistemas inteligentes realicen ajustes sobre dónde se requiere calor y luz, por ejemplo, proporcionando la oportunidad de optimizar los recursos.

4. Mantenimiento predictivo.- Los costos de mantenimiento pueden ser substanciales cuando están manejados manualmente. Los edificios inteligentes permiten un mantenimiento predictivo sencillo, los sensores pueden detectar el rendimiento del edificio y activar los procedimientos de mantenimiento antes de que se active una alerta. Cuando se tiene una visión general más perspicaz sobre cómo funciona el edificio, y sobre cómo está siendo utilizado, es mucho más fácil darle mantenimiento en el momento adecuado.

5. Obtener más de quienes usan el edificio.- Los edificios inteligentes se han diseñado específicamente para entregar una experiencia más cómoda a sus ocupantes. Pueden elevar los estándares y asegurar que se cumplan las consideraciones de salud y seguridad, así como asegurar que esto se implemente de manera rentable.

6. Incremento del valor del edificio.- Al pensar en el edificio como un activo, el valor de éste se incrementará después de la implementación de las medidas de eficiencia recomendadas de todos los sistemas que lo conforman. Un análisis de IDC Data5 refleja que un hogar conectado o una casa inteligente es, por mucho, el activo más valioso, con un valor de mercado esperado en 2020, de US $ 85 mil millones y un crecimiento anual del 16%, imaginemos lo que valdrá un edificio que contiene tantos hogares u oficinas y la información que arrojará.