La industria portuaria en México está comenzando a transitar hacia modelos operativos más responsables con el medio ambiente. En un contexto global que exige mayor eficiencia energética y reducción de emisiones contaminantes, los puertos mexicanos están adoptando nuevas tecnologías para hacer frente a los desafíos del cambio climático.
Un ejemplo de ello es CONTECON Manzanillo, que avanza en la transformación de sus operaciones para reducir emisiones y consumo de combustible con la adaptación de sus grúas RTG, fundamentales para la carga y descarga de contenedores.
José Antonio Contreras, CEO de la empresa afirmó: “El cambio a grúas híbridas representa no solo una mejora tecnológica, sino un paso firme hacia una operación portuaria más limpia”. La terminal portuaria destaca que este proyecto se alinea con su certificación ISO 14064 de Carbono Neutro, lo que refuerza su papel activo en la lucha contra el cambio climático.
Desafíos de la transición
Sin embargo, adoptar tecnologías limpias en operaciones portuarias no es tarea sencilla. Los altos costos de inversión inicial y la limitada infraestructura eléctrica en algunas regiones portuarias, como Manzanillo, representan retos importantes. No obstante, los beneficios a largo plazo —tanto ambientales como operativos— están motivando a cada vez más terminales a sumarse a esta transformación.
Además, algunas empresas del sector han comenzado a participar en iniciativas colaborativas como “Campeones de Transporte Marítimo y Puertos Sustentables”, que impulsan acciones concretas para avanzar hacia una industria marítima baja en carbono.
Sostenibilidad más allá del puerto
La visión sustentable no se limita a las operaciones mecánicas. Los proyectos ambientales también se extienden al cuidado de ecosistemas cercanos, como humedales, lagunas o áreas naturales protegidas que coexisten con la actividad portuaria. Estas acciones refuerzan el compromiso de las terminales con su entorno y su comunidad.
Rumbo a una nueva era portuaria
Con estos esfuerzos, los puertos mexicanos buscan consolidarse no solo como puntos clave del comercio internacional, sino como modelos de gestión ambiental en el sector marítimo del siglo XXI.