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Después de 6 años, el Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec mueve carga entre los océanos Pacífico y Atlántico. México apuesta por un transporte más rápido, eficiente y sostenible con el CIIT.

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El Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) ha dado un paso importante hacia su consolidación como una alternativa clave para el comercio entre los océanos Atlántico y Pacífico.

 

A través del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT), se realizó el transporte de 2,000 toneladas de trigo propiedad de VITERRA México, conectando los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos.

 

Se dio a conocer en un comunicado que este movimiento de carga, el primero de su tipo en seis años, resalta la relevancia estratégica de la Línea Z, una infraestructura centenaria que cobra nueva vida con este modelo logístico. El trigo, importado desde Canadá y desembarcado en Salina Cruz el pasado 30 de octubre, fue transportado en tolvas graneleras del FIT hasta las instalaciones de TRIMEX, una empresa mexicana líder en la producción de harina de trigo. 

Destaca que el proyecto del CIIT se perfila como un motor de desarrollo regional, aprovechando la posición geoestratégica del Istmo de Tehuantepec. La combinación de servicios portuarios y ferroviarios no solo reduce costos y tiempos de transporte, sino que también promueve un modelo sostenible para el comercio internacional. 

 

 

VITERRA México, con presencia en 39 países, y TRIMEX, líder en la industria harinera, representan el tipo de alianzas estratégicas que el CIIT busca atraer. Su participación en este proyecto reafirma la confianza del sector privado en el potencial del corredor como una ruta eficiente y competitiva frente al Canal de Panamá. 

 

Este logro es fruto del esfuerzo conjunto entre la Secretaría de Marina y el FIT, quienes han trabajado para revitalizar esta histórica ruta comercial. El transporte de trigo es solo el inicio de una nueva etapa que promete detonar el desarrollo económico en el sur-sureste de México, fortaleciendo el comercio nacional e internacional.

 

Por último, el CIIT no solo conecta océanos, sino que enlaza oportunidades, generando empleo, inversión y competitividad para México.