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Además de la tranquilidad, el contar con una planificación de contingencia en temporada de huracanes permitirá a los dueños de los edificios reducir el riesgo financiero.

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Fenómenos naturales como los huracanes se presentan cada año durante los meses de julio a diciembre en México, ya sea en el Océano Pacífico o en el Atlántico, así como en el Mar Caribe. Y dependiendo de su intensidad, estos eventos pueden impactar en el desempeño de los edificios y modificar las necesidades de sus ocupantes.

Tan solo en 2022, se registraron en total 35 huracanes en ambos océanos. Para este 2023, el Servicio Meteorológico pronostica que se presenten de 10 a 16 huracanes tropicales en el Atlántico y de 16 a 22 en el Pacífico, de los cuales ya se registraron 8, entre los que destacan Hilary, Dora y Fernanda, de categoría 4.

Al ser eventos climáticos extremos, pueden interrumpir las operaciones de los edificios: cuando inmuebles como hospitales se ven afectados por un huracán, pueden experimentar interrupciones en la energía eléctrica o de sus equipos de aire acondicionado, ventilación y calefacción, lo que puede poner en riesgo a los ocupantes.

 

 

"La planificación de contingencias, como la relacionada con equipos de aire acondicionado, permite atender oportunamente las interrupciones en las operaciones de los edificios, así como proteger el bienestar y la comodidad de los ocupantes", expresó Carlos García, director general de Trane México.

Prevenir estos escenarios, continuó, además permitirá reducir el riesgo financiero y las pérdidas generadas por detener la producción de espacios de manufactura u oficinas, lo que aumenta también la tranquilidad de la organización y de sus partes interesadas.

Lo anterior considerando que solo en 2022, se estima que las catástrofes naturales provocaron pérdidas económicas por aproximadamente 270 mil millones de dólares.

 

Cómo elaborar un plan de contingencia

Si tomamos como ejemplo la elaboración de un plan de contingencia para aire acondicionado, una de las mayores preocupaciones es no tener claridad sobre los aspectos que se deben evaluar y las posibles fallas en los sistemas. De acuerdo con Trane, son 3 puntos los que un plan de contingencia debe incluir:

  1. Evaluación de riesgos: La primera etapa en el desarrollo de un plan de contingencia es evaluar los riesgos de desastres naturales en la zona. Esta evaluación debe tener en cuenta la ubicación de la empresa, la frecuencia de los desastres naturales en la zona y la gravedad de los daños que pueden causar.

 

"Un primer paso es estimar los costos reales del tiempo de inactividad de los equipos, que van más allá del costo de reparar equipos mecánicos durante un momento de crisis, sino de cuánto les cuesta a las compañías que los edificios no funcionen", señaló Carlos García.

 

  1. Desarrollo de un plan: Una vez que se hayan evaluado los riesgos, el siguiente paso es desarrollar un plan de contingencia, que debe incluir los siguientes pasos:

* Identificar los sistemas (como el de aire acondicionado) en el edificio que sean críticos para las operaciones de la empresa, así como evaluar su condición operativa actual, abordar los problemas de rendimiento y documentar posibles fallas.

* Identificar las áreas dentro del edificio que tendrían un mayor impacto en las operaciones. Por ejemplo, en un hospital, revisar qué espacios son críticos y priorizar que la energía y los sistemas de aire acondicionado continúen funcionando en caso de una interrupción de las operaciones durante un desastre natural.

* Considerar la posibilidad de alquilar aire acondicionado para emergencias. El equipo temporal que puede alquilarse es el sistema de agua fría, para hacerse cargo de la carga mientras el equipo permanente del edificio está fuera de servicio, de esta forma se continúa con las operaciones dentro del edificio, comentó el experto.

  1. Pruebas y mantenimiento del plan: El plan de contingencia debe probarse periódicamente para asegurarse de que está actualizado y que se puede implementar eficazmente. También debe mantenerse actualizado para reflejar los cambios en los sistemas de aire acondicionado de la empresa, así como los riesgos de desastres naturales. "Independientemente del desastre y cuándo ocurra, el daño siempre debe abordarse rápidamente para que el edificio vuelva a estar en línea lo antes posible", resaltó García.