La demanda de cemento ha aumentado alrededor de 10%, principalmente en el norte de la República Mexicana, por el creciente desarrollo de propiedades industriales detonado por el llamado nearshoring (el reacomodo de las cadenas de suministro).
De hecho, comentó que debido a la “explosiva demanda”, ya registran un retraso de unos 6 meses en la producción de cemento para hacer soportar los pedidos de todos sus clientes.
Sin embargo, dijo que están haciendo todo lo necesario para abatir el retraso, ya que se prevé que la demanda por el lado de la edificación industrial y comercial va a continuar muy fuerte, así como también en las obras de infraestructura.
“Sentimos que vamos a estar muy bien posicionados para soportar la demanda para el próximo año”, aseguró Enrique Escalante.
Abundó que en México, la demanda de cemento por la construcción de bienes raíces industriales se concentra más fuertemente en el mercado de Ciudad Juárez, Chihuahua.
El director general de GCC habló también de los retos del 2023, que seguirá siendo el impacto de la inflación en el costo de producción del cemento, que incluye el combustible y la energía.
“En términos de combustible estamos bastante seguros de que vamos a estabilizar nuestro costo por el aumento de la producción en nuestra operación minera en Colorado para finales de año”, expuso.
“Así que esa es una gran cobertura y una gran ventaja que tenemos en términos del combustible principal para nuestras plantas. Tenemos varias plantas que funcionan con energía renovable que son contratos fijos o parcialmente fijos al menos para parte del consumo de esas plantas. Y no hemos visto ningún aumento significativo este año”, agregó.