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Los analistas prevén que habrá un choque más profundo en la inversión derivada de la pandemia del Covid-19, que se reflejará en reportes posteriores.

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La inversión en construcción experimentó en febrero una contracción de -8.1% respecto al mismo mes de un año previo (cifras originales), para acumular en el primer bimestre una contracción de -7.6% anual, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI)

Cabe destacar que el dato anual de febrero (-8.1%) está sesgado al alza por el día adicional del año bisiesto, por lo que la caída fue mayor. Asimismo, comparativamente, en enero-febrero de 2019 la inversión en construcción crecía 12.4% a tasa anual, impulsada por la inversión en construcción residencial.

En cifras mensuales el retroceso fue de -1.0% que al ser anualizada significa un deterioro de -8.7%, para ligar el mes número 12 con una baja consecutivo.

Las cifras del INEGI muestran que la inversión en construcción residencial retrocedió a un ritmo anual (cifras originales) de -7.6% en febrero y acumula -8.2% anual en el primer bimestre; mientras la inversión en construcción no residencial se contrajo -8.7% anual en el segundo mes y acumuló -6.9% en el periodo enero-febrero.

Este deterioro en la inversión en la construcción es una tendencia negativa que viene arrastrando de tiempo atrás, sobre todo por un menor gasto público en obras de ingeniería civil (Infraestructura), pero que dado el deterioro económico observado desde 2019 permeó a la inversión privada en edificación. Los analistas prevén que habrá un choque más profundo en la inversión derivada de la pandemia del Covid-19 que se reflejará en reportes posteriores.

Analistas de Banorte indicaron que “la información disponible continúa apuntando a una fuerte contracción de la inversión en el año, con el sentimiento y la actividad económica muy impactada por la pandemia de COVID-19”.

Sobre la inversión fija bruta general reconocen que “permanecen riesgos para la inversión ya que la duración e impacto general de la pandemia, que sigue siendo incierto, es un factor clave para determinar su posible magnitud en este rubro. Por otro lado, será importante ver si los programas de crédito implementados por el gobierno federal, así como por Banxico, pueden ayudar a suavizar parte del impacto, sentando las bases para una recuperación más rápida una vez que se puedan normalizar las actividades económicas”.