En particular, el reporte del INGEI destacó el repunte de la inversión residencial a un ritmo de 3.3% anual en octubre, a diferencia de la inversión no residencial que se contrajo -1.4% en el mismo mes.
En forma acumulada la inversión residencial aumentó 2.8% de enero a octubre de 2018 en relación al mismo periodo del año previo; la inversión no residencial cayó -1.5% en el mismo periodo.
Respecto al futuro, analistas de Banorte consideran respecto a la inversión empresarial en general que “hacia adelante, creemos que el panorama de inversión será desfavorable. En particular, la incertidumbre y volatilidad financiera ha aumentado de manera considerable, lo que estuvo acompañado de presiones en las tasas de interés de largo plazo y la cotización del peso frente al dólar. Por último, las expectativas de crecimiento han sido revisadas recientemente a la baja, tanto a nivel local como global, lo que se une a una situación de menores niveles de confianza empresarial que podrían traducirse en mayor cautela en términos del deseo y oportunidad de invertir”.
Adicionalmente, debemos considerar que la inversión en obras de infraestructura en cada inicio de sexenio es mucho más lenta que cualquier otro año.