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A pesar de la aplicación de aranceles en un contexto internacional complejo, México mantiene un panorama positivo para la captación de inversión extranjera directa (IED) y para el nearshoring.

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Según cifras de la Secretaría de Economía, en los dos primeros trimestres de 2025 la IED ascendió a 34 mil 265 millones de dólares, lo que representa un aumento de 10.2% respecto al mismo periodo de 2024. Se trata de un nuevo máximo histórico por quinto año consecutivo, reflejo de que los factores locales de atracción de México continúan siendo relevantes para las empresas internacionales.

 

Entre esas ventajas se encuentran el talento calificado, la ubicación estratégica del país, su red de tratados comerciales y la creciente integración a las cadenas de valor de Norteamérica. “Este es el momento indicado para fortalecer estrategias y adaptarse al cambio, capitalizando el auge de la relocalización”, señaló Ari B. Saks, Associate Partner de Impuestos y Coordinador de los Servicios de Inversión en Nearshoring en EY México.

 

De acuerdo con el especialista, más allá de la coyuntura arancelaria, los fundamentos macroeconómicos de México muestran solidez. La inflación anual de 3.51% se encuentra dentro del rango de variabilidad del Banco de México; la Bolsa Mexicana de Valores reportó un aumento en sus ingresos durante el segundo trimestre del año; y el INEGI informó una disminución en la población en situación de pobreza multidimensional, de 46.8 a 38.5 millones de personas entre 2022 y 2024. Además, las exportaciones crecieron 4% anual en julio de 2025.

 

 

Bajo este contexto, la comunidad empresarial ha mostrado optimismo. “Aunque los aranceles generan preocupación, se aplican en igual o mayor medida a muchas economías del mundo. Esto hace que México mantenga su atractivo como destino de inversión”, apuntó el representante de EY México.

 

El nearshoring sigue perfilándose como uno de los motores más importantes de crecimiento para el país, con proyectos que van desde manufactura avanzada hasta servicios digitales y logística. El reto, de acuerdo con analistas, será mantener la estabilidad macroeconómica y garantizar que el auge de inversiones se traduzca en más empleos, infraestructura y desarrollo regional.