|  

Aunque el entorno arancelario representa un desafío, México puede convertir esta presión en una oportunidad estratégica, siempre y cuando se fortalezcan las capacidades internas, se promueva la inversión en sectores clave y se mantenga el diálogo diplomático con Estados Unidos.

1 No me gusta0

 

Ante los recientes ajustes arancelarios por parte de Estados Unidos, México enfrenta una coyuntura desafiante pero también estratégica para fortalecer su papel como destino clave de inversión extranjera directa (IED) y nearshoring.

A pesar del nuevo entorno tarifario, analistas de BBVA Research y Banamex coinciden en que el país mantiene ventajas competitivas significativas que pueden ser aprovechadas con políticas industriales adecuadas y una estrategia comercial inteligente.

Beneficios para reactivar el nearshoring

Según BBVA, el nuevo entorno arancelario, aunque adverso en el corto plazo, podría acelerar la reconfiguración de cadenas de valor regionales. En este contexto, el “Plan México” —impulsado por autoridades mexicanas— busca aumentar el contenido nacional de las exportaciones, objetivo que permitiría elevar el porcentaje de comercio que opera bajo el amparo del T-MEC y, con ello, reducir significativamente la carga arancelaria promedio.

Además, destaca que México, a diferencia de China, aún enfrenta un nivel de proteccionismo más bajo, lo que abre una oportunidad estratégica para captar inversión redireccionada desde Asia. Las condiciones geográficas, los costos laborales competitivos y la experiencia exportadora colocan al país como un destino atractivo para nuevos capitales industriales.

Banamex, por su parte, subraya que los incentivos creados por la nueva política comercial de Estados Unidos pueden llevar a un mayor cumplimiento de las reglas de origen del T-MEC, reforzando así la competitividad exportadora del país en sectores clave como el automotriz y manufacturero.

Escenarios sobre el arancel para México

BBVA estima que, bajo el esquema vigente, México enfrenta un arancel ponderado promedio del 23.4% sobre sus exportaciones a Estados Unidos, dado que más del 51% se realiza fuera del T-MEC. No obstante, plantea varios escenarios:

Si se incrementa el uso del T-MEC al 64.2% y se documenta adecuadamente el contenido estadounidense en autos, el arancel promedio bajaría a 13.1 por ciento.

Si además se logra reducir el arancel por temas de migración y fentanilo del 25% al 12%, el promedio se reduciría hasta 8.4 por ciento.

En un escenario ideal, donde hasta 90% de las exportaciones se canalicen por el T-MEC y se logren acuerdos con Estados Unidos, el arancel promedio podría llegar a un mínimo del 5.4 por ciento.

Banamex coincide en que el cumplimiento con el T-MEC es la vía más eficiente para reducir la carga fiscal. Sin embargo, advierte que si se aplican los aranceles a autopartes anunciados por Estados Unidos, el arancel efectivo se ubicaría en 12%, y México sería el segundo socio comercial con la tasa más alta, solo detrás de China. Esto limitaría su capacidad de ganar participación de mercado frente al gigante asiático.

Recomendaciones de BBVA y Banamex

Ambas instituciones recomiendan acelerar la integración de las cadenas de valor mediante mayor contenido nacional. BBVA sugiere crear un padrón nacional de proveedores y ampliar los programas de garantías de Nafin para apoyar a pequeñas y medianas empresas que quieran insertarse en el sector exportador.

Banamex señala que es urgente evitar la implementación de aranceles a autopartes, por su impacto directo en empleo y generación de valor agregado. También sugiere a las autoridades mexicanas mantener una postura prudente pero firme en la renegociación del T-MEC y facilitar la transición normativa para el cumplimiento de reglas de origen.

Si bien los nuevos aranceles de Estados Unidos representan una amenaza para la competitividad de las exportaciones mexicanas —particularmente en sectores como autopartes—, también ofrecen una oportunidad estratégica para fortalecer el nearshoring, aumentar el contenido regional y atraer inversión extranjera directa.

Ambas instituciones coinciden en que el cumplimiento riguroso del T-MEC, el desarrollo de proveedores nacionales y una política industrial proactiva son esenciales para mitigar el impacto arancelario y consolidar a México como un actor clave en las cadenas de valor de América del Norte.