Ante el arancel del 25% que Estados Unidos implementó a las importaciones globales de acero y aluminio, el sector inmobiliario industrial tendrá que llevar a cabo ajustes en sus operaciones para contener los costos operativos y enfrentar posibles retrasos en nuevas inversiones y expansiones.
Según datos de SiiLA Market Analytics, aproximadamente el 4% de las empresas y el 3% del área bruta rentable (ABR) industrial en México están directamente relacionadas con el sector minero-metalúrgico, que representa el 8.6% del Producto Interno Bruto (PIB) industrial del país y el 2.5% del PIB total, según cifras de la Secretaría de Economía.
En 2024, las exportaciones mexicanas de acero y aluminio hacia Estados Unidos representaron solo el 0.02% del PIB nacional, de acuerdo con datos del Banco Mundial, la Oficina de Censo de los Estados Unidos y la Secretaría de Economía; indica el análisis de SiiLA, un proveedor de datos del mercado inmobiliario en México.
Agrega que, si el arancel afecta completamente estas exportaciones, sin que las empresas logren adaptarse, el impacto directo podría alcanzar los 92.5 millones de dólares, lo que representaría una reducción del 0.005% en el PIB de México.
No obstante, el impacto real dependerá de cómo respondan las empresas, si logran redirigir sus exportaciones o absorben los costos adicionales.
También, las medidas gubernamentales que se adopten para contrarrestar el efecto de esta política arancelaria jugarán un papel crucial en mitigar el impacto.
Se estima que la afectación total podría oscilar entre los 138.7 millones de dólares y los 231.3 millones de dólares, lo que implicaría una caída en el PIB de entre 0.0075% y 0.0125 por ciento.
Más allá de la contracción económica directa, el arancel también podría generar presiones inflacionarias, incrementando los costos de producción de muchos bienes y servicios.
Por lo que, esta situación podría desalentar la inversión extranjera directa, justo cuando México enfrenta una desaceleración industrial que ya se refleja en la caída de la inversión, se lee en el reporte.
El encarecimiento del acero y el aluminio elevaría los costos de producción, lo que afectaría la competitividad de los sectores estratégicos del país.
Sugiere este precedente que, si las presiones políticas y económicas se intensifican, el actual arancel podría seguir el mismo camino y ser eliminado en el corto plazo, señala SiiLA.
No obstante, mientras la medida se mantenga vigente, podría debilitar la integración económica de América del Norte, donde las cadenas de suministro son altamente interdependientes.