De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la actividad económica registró una contracción de -0.2% en enero con relación a diciembre, considerando cifras ajustadas por estacionalidad.
Analistas de Monex opinan que se atenuó el descenso frente al retroceso de -1.1% registrado en diciembre. Sin embargo, “en general, los resultados reflejan una profunda fragilidad de los indicadores principales, pues el mayor lastre se localizó en las actividades secundarias, seguido del estancamiento en las actividades terciaras”.
Bajo el parámetro de cifras originales, el IGAE presentó en el mes inicial de 2025 una contracción de -0.1% respecto al mismo mes del 2024.
Un análisis de Banco Base indicó que la caída mensual del IGAE en enero, “eleva la probabilidad de que el PIB de México muestre una contracción durante el primer trimestre. Considerando que en febrero la actividad económica crece 0.20% como lo mostró el Indicador Oportuno de Actividad Económica y asumiendo que no se observa crecimiento en marzo (0.0%), en el primer trimestre el PIB de México mostraría una contracción de 0.7% trimestral, consistente con una contracción anual del PIB de 0.1% de acuerdo con series ajustadas por estacionalidad. De confirmarse, esta sería la primera contracción anual del PIB desde el primer trimestre del 2021.
Agregaron que “hacia adelante, se mantiene el sentimiento de cautela para los principales pilares de la economía (servicios y manufacturas), ante un entorno cambiante en materia de comercio internacional (aranceles), por lo que no descartamos que esta inercia de ralentización se extienda hasta el primer semestre del 2025. Con esta lectura, nuestra estimación de crecimiento del PIB para el 2025 se revisó a la baja, pasando a 0.67% anual desde 1.04% previo”.
En su análisis consideran que el consumo privado seguirá respaldado por el empleo, el crecimiento salarial, los apoyos sociales y las remesas, aunque el gasto discrecional podría moderarse ante la menor creación de empleo, la caída en la confianza del consumidor y las tasas de interés aún elevadas. La inversión pública seguirá contenida por la consolidación fiscal, mientras que la inversión privada enfrenta costos financieros altos y un entorno de incertidumbre interna y externa, agravado por la erosión institucional y el proteccionismo en Estados Unidos. Además, las tensiones comerciales y el menor crecimiento en nuestro principal socio comercial podrían afectar las exportaciones mexicanas.
Finalmente, en Banorte sus analistas señalan que “los vientos en contra para la economía han aumentado a lo largo del 1T25, aunque no descartamos algunos destellos de resiliencia. Considerando los resultados del primer mes del año y algunas cifras oportunas, creemos que los retos para la actividad han aumentado, probablemente persistiendo a lo largo del primer semestre. No obstante, los mismos datos sugieren que podría prevalecer cierta resiliencia en algunas áreas, clave para sostener el desempeño”.
En particular, apuntaron que las cifras oportunas para el resto del primer trimestre de 2025 dan señales ligeramente más alentadoras, al menos en sectores domésticos.