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En medio de un entorno comercial cambiante, principalmente por el efecto Donald Trump, la perspectiva económica de México para 2025 se ha venido moderando.

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Analistas del sector privado y el mismo Banco de México (Banxico) han venido corrigiendo a la baja sus perspectivas de crecimiento para el presente año.

 

En días previos Banxico dio a conocer su Informe Trimestral del 4T24, donde revisó significativamente a la baja su expectativa puntual de crecimiento del PIB para 2025 a 0.6% desde 1.2% anterior, ubicándose por debajo del consenso de analistas (0.9%). De acara a 2026 el banco central mantuvo su perspectiva de 1.8% al igual que el consenso de analistas.

 

Resaltó el banco central que el ajuste de su previsión puntual respondió al desempeño económico por debajo de lo esperado en el último trimestre de 2024 y considera que la economía se mantendrá débil durante el primer semestre. Además, el reporte del banco central señaló que el balance de riesgos para el crecimiento económico se mantiene sesgado a la baja.

Dentro de los principales riesgos señaló:

  • La intensificación del ambiente de incertidumbre relacionada con las políticas que pudieran implementarse en Estados Unidos.
  • Un menor crecimiento al esperado en Estados Unidos.
  • Episodios de volatilidad en los mercados financieros.
  • Un escalamiento de diversos conflictos geopolíticos.
  • Que la reducción del gasto público resultante de la consolidación fiscal anunciada tenga un mayor efecto sobre la actividad económica.
  • Y efectos adversos de fenómenos meteorológicos.

Hay que recordar que el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), que mide la evolución de la actividad económica de México de manera mensual y sirve como una aproximación del comportamiento del PIB, presentó en diciembre del 2024 una contracción de 1.05% respecto al mes anterior. Esta es la mayor caída mensual del IGAE desde enero del 2024, cuando registró una contracción de 1.14 por ciento. Con esto, el IGAE registró una contracción anual de 0.65%, la mayor caída desde febrero del 2021, cuando apenas se cumplían los doce meses del impacto de la pandemia.

 

 

Señalaron analistas de Monex que “al cierre de 2024, las cifras del IGAE y del PIB plasman una notoria desaceleración en la economía mexicana; pues pese a presentar una mejoría en el 3T-4, la desaceleración estructural del componente de las actividades secundarias y ante un menor impulso de la inversión y consumo privado, el crecimiento de la economía se mantuvo severamente acotado”.

 

Agregaron que “hacia adelante, se mantiene el sentimiento de cautela para los principales pilares de la economía (servicios y manufacturas), ante un entorno cambiante en materia de comercio internacional, por lo que no descartamos que esta inercia de ralentización se extienda al primer semestre del 2025. Respecto a nuestra estimación de crecimiento del PIB para el 2025 se sitúa en 1.04% anual”.

 

Por su parte, analistas de Banorte indican que persisten los riesgos de corto plazo. “En específico, las tensiones comerciales con Estados Unidos continúan, aunque la pausa en la entrada en vigor de los aranceles de 25% por temas de seguridad y migración ha dado un respiro tanto a los mercados como a la actividad. En este sentido, los esfuerzos por una pausa permanente están ocurriendo, destacando la visita del secretario de Economía, Marcelo Ebrard a Washington DC”.

 

Mientras que en “el frente local, creemos que el impulso vendrá del consumo, con las condiciones en el mercado laboral resilientes y viniendo de máximos históricos, la expansión de las transferencias de los programas sociales y cierta estabilidad de las remesas, al menos en el corto plazo. Por el contrario, la inversión podría estar más limitada, resintiendo el incremento en la incertidumbre y el lastre derivado de los esfuerzos de consolidación fiscal del gobierno federal. No obstante, una visión todavía favorable en el mediano plazo para los primeros, y acciones puntuales en los segundos, podrían ayudar a limitar un retroceso sustancial”.

 

Concluyeron señalando que “mantenemos nuestro pronóstico de una expansión de 1.0% del PIB en 2025, aunque con los riesgos sesgándose a la baja en el margen. De manera general, seguimos pensando que el dinamismo estará concentrado en la segunda mitad, con más alicientes y menos retos en el escenario”.