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La economía de Estados Unidos creció 5.7% en 2021, superando completamente la contracción de -3.4% que determinó la pandemia en 2020.

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El Producto Interno Bruto (PIB) de la Unión Americana tuvo el mejor desempeño anual desde 1984, cuando repuntó 7.2 por ciento.

De acuerdo con el Bureau of Economic Analysis, en el último trimestre de 2021, el PIB creció a una tasa trimestral anualizada de 6.9% (equivalente a una tasa trimestral de 1.7%), superando la expectativa del consenso de mercado de 5.8%, además de presentar un aceleramiento luego del crecimiento de 2.3% trimestral anualizado en el tercer trimestre.

 

Un análisis de Monex afirmó que “este desempeño muestra el impacto que tuvieron los amplios estímulos fiscales y monetarios que se han inyectado desde el inicio de la pandemia. Ahora, con una economía recuperada y que enfrenta presiones inflacionarias históricas, consideramos que las autoridades cambiarán su postura para evitar un sobrecalentamiento nocivo. Así, la expectativa es que la Reserva Federal siga en marcha con su agresivo plan de normalización de la política monetaria…”

 

El desempeño de la economía de Estados Unidos es positivo porque impulsa la demanda externa para México. Sin embargo, de acuerdo con el análisis de la institución bursátil “anticipa una divergencia mayúscula respecto a la economía mexicana, para la que podría incluso registrarse una contracción de la actividad en el mismo periodo”.

Agregaron que “no solo queda plenamente recuperada tras el descenso de 3.40% que tuvo en 2020, sino que muestra una tendencia de crecimiento mucho más dinámica que la que tenía antes de la pandemia”.

En Banco Base opinaron que “durante el año, el crecimiento se vio apoyado por los estímulos fiscales y monetarios, así como por la reapertura total de la economía ante el avance en la campaña de vacunación. Sin embargo, hubo algunas limitantes a partir de la segunda mitad del año, especialmente tras la ola de contagios ocasionada por la variante Delta que perjudicó la confianza de los consumidores y acentuó la escasez de algunos productos en la cadena de suministro. Lo anterior se reflejó en mayores presiones inflacionarias, lo que se ha convertido en el principal obstáculo para el crecimiento económico global”.