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La moneda mexicana es la segunda divisa más apreciada de la región, pero de mantenerse la tendencia por mayor tiempo puede afectar a la economía.

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La moneda mexicana ha experimentado un ciclo de fortaleza inesperado, el cual se extiende no a semanas o meses, sino a varios años que la llevó hace unos días a mínimos ligeramente arriba de los 17 pesos. Sin embargo, aunque el súper peso ayuda a controlar la inflación, de prolongarse puede ser adverso para la economía del país, sobre todo para las exportaciones, el turismo y las remesas.

El pasado martes 13 la paridad peso dólar cerró en 17.22 pesos por dólar; este miércoles 14 de junio arrancó la sesión en 17.16 unidades, nivel no visto desde el 2 de mayo de 2016, para ser la segunda moneda con mayor apreciación de la región.

 

Justo antes de iniciar el ciclo de pandemia, el tipo de cambio estableció una cotización máxima de 24.12 pesos por dólar el primero de marzo de 2020, de acuerdo con Investing.com y desde entonces, pese a periodos cortos de volatilidad, se ha mantenido una tendencia de apreciación del peso respecto al dólar en el largo plazo.

 

Carlos Serrano, Economista jefe de BBVA afirmó que “factores como el alto diferencial de tasas de interés con respecto a EE.UU., la solidez fiscal y la previsión de bajos déficits de cuenta corriente en el corto y mediano plazo ayudan a entender la fortaleza que ha exhibido el peso mexicano en los últimos meses”.

 

 

Por su parte, Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de Banco Base, afirmó que “el peso se ha apreciado por exceso de liquidez global y debido a que ese exceso de liquidez vuela a activos riesgosos como el peso buscando un buen rendimiento”.

 

Agregó que “el peso mexicano es la moneda más líquida de Latinoamérica y opera los 365 días del año, las 24 horas del día. Esto le da una ventaja respecto a otras divisas que no tienen un mercado tan líquido o que tienen restricciones en horario de operación. Al peso también le ayuda la expectativa que con el nearshoring crecerán, pasado el bache de la desaceleración o recesión en Estados Unidos, a doble dígito durante varios años. El crecimiento de las exportaciones implica una mayor oferta de dólares y por lo tanto un menor precio del dólar en México, es decir un menor tipo de cambio”.

 

 

Sin embargo, puntualizó que hay muchos riesgos a nivel global y sobre México que podrían ocasionar depreciaciones del peso.

 

Al respecto, Serano anticipa que “el diferencial inflacionario entre México y EE.UU. sea positivo al cierre de 2023 y que el diferencial de tasas con ese país se irá reduciendo en 2023-24, por lo que la institución financiera prevé una depreciación gradual del peso y que el tipo de cambio se ubique en 18.5 pesos por dólar al cierre de este año”.

 

Efecto negativo en la economía

Un análisis de Banco Base afirmó que “la fortaleza del peso mexicano que suma cinco meses consecutivos ganando terreno frente al dólar, está poniendo en jaque al sector exportador y empezando a causar ciertos estragos entre quienes envían remesas. La moneda mexicana acumula una apreciación en ese periodo de 9.32% o 1 peso con 82 centavos. Si a eso sumamos el avance mostrado durante el 2022, de poco más de 5%, la apreciación del súper peso está causando estragos”.

 

Agregaron que los exportadores y los receptores de remesas son los más perjudicados, al no poder contrastar los efectos de esta apreciación a la misma velocidad, los niveles actuales del peso pueden causar una desaceleración del consumo y un menor crecimiento de las exportaciones mexicanas.

 

“Un peso mexicano fuerte puede hacer que los productos mexicanos sean más caros en los mercados internacionales. Esto puede hacer que los exportadores enfrenten una mayor competencia de países con monedas más débiles y resulte en una pérdida de competitividad. Ante este entorno, si los exportadores no pueden aumentar los precios de sus productos en línea con la apreciación del peso, sus márgenes de beneficio podrían reducirse perjudicando la rentabilidad de sus operaciones y limitando su capacidad para invertir en el crecimiento y la expansión de su negocio”, concluyeron.

Finalmente, el turismo también puede perder competitividad por la fortaleza del peso, además de que los receptores de ingresos por turistas internacionales, estarán captando menores ingresos en pesos por cada dólar.