Para la Asociación Nacional de Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces (NAREIT, por su sigla en inglés) estos vehículos son inversiones de rendimiento total y a largo plazo que tienden a ser similares a los de las acciones de valor y superiores a los rendimientos de los bonos de menor riesgo.
Puntualizó, como un atributo, que los dividendos de los REIT son sustanciales porque están obligados a distribuir, al menos, el 90 por ciento de sus ingresos imponibles a sus accionistas anualmente. Además, se alimentan del flujo estable de rentas contractuales que pagan los inquilinos de sus propiedades.
Mientras que la correlación relativamente baja de los rendimientos de las acciones de los REIT cotizados con los rendimientos de otras acciones e inversiones de renta fija también hace que los REIT sean un buen diversificador de cartera.
La asociación de REIT subraya que estas figuras ofrecen acceso a inversiones diversificadas porque administran carteras inmobiliarias de diferentes sectores como industrial, comercial, oficinas, centros de datos, entre otros inmuebles.
“Un estudio reciente de Chatham Partners encontró que el 83% de los asesores financieros recomendaron a sus clientes invertir en REIT, una razón es por la diversificación de su cartera inmobiliaria”, se cita en el artículo.
En Estados Unidos, aproximadamente 150 millones de personas invierten directamente en REIT o acceden a ellos a través de fondos mutuos o fondos cotizados (ETF). Y los inversionistas institucionales como fondos de pensiones, fundaciones, compañías de seguros y departamentos de fideicomisos bancarios invierten en esta clase de activo.