Los Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces o Fibras han democratizado la inversión en el negocio de los bienes raíces en México a lo largo de 10 años, ya que las personas tienen la opción de invertir un capital inicial.

Así lo externó en un reciente Luis Gutiérrez, director general de Prologis Mexico, quien, además, explicó que un fibra es un fideicomiso que consolida una serie de inmuebles para su arrendamiento y que distribuye el 95% de su ingreso neto después del resultado fiscal entre los tenedores de sus certificados bursátiles fiduciarios inmobiliarios (CBFI).

“Los inversionistas que tienen los CBFI de los fibras tienen un rendimiento corriente (que depende de la cotización en Bolsa de cada una), es como si participaran en las rentas de un departamento y con la plusvalía de los inmuebles se ve reflejado en el precio de los certificados”, puntualizó.

El también director general de Fibra Prologis, que se dedica a la inversión y arrendamiento de naves y edificios para uso industrial y logístico, abundó que estas figuras de inversión son un híbrido de otros instrumentos de renta variable (acciones) y renta fija (deuda).

Lo anterior porque al invertir en las fibras (al comprar un CBFI que está listado en Bolsa), los tenedores obtienen un rendimiento fijo, como si fueran los intereses de un bono derivado de la distribución y, si los inmuebles suben de precio, eventualmente de acuerdo a la oferta y a la demanda, los certificados pueden subir o bajar de precio.

“Es un instrumento de inversión muy interesante que está disponible para todos, pero creo que está figura que está naciendo en México va a tener un gran desarrollo”, comentó Luis Gutiérrez.

Los fibras surgieron en el país en el 2011 con el propósito de promover las inversiones en el sector inmobiliario. El primer vehículo de este tipo fue Fibra Uno, con el tiempo se han sumado más hasta llegar a 16 firmas que están listadas actualmente en el mercado de valores de México.

Estas empresas participan en distintos segmentos del mercado inmobiliario, tales como en centros comerciales, naves, parques, bodegas y edificios industriales, además de oficinas, instituciones educativas, hoteles e incluso hospitales.

Hasta el primer semestre de este año, el valor de capitalización de estas figuras era de 15,000 millones de dólares.