Frente a los efectos del cambio climático y el crecimiento urbano acelerado, la cooperación entre sectores públicos, privados, académicos y sociales se ha vuelto indispensable para diseñar ciudades más sostenibles, resilientes y justas. Ese fue uno de los mensajes centrales del 3º Foro de Urbanismo Regenerativo + ClimaLAB, organizado por el Tecnológico de Monterrey y el Distrito de Innovación Tlalpan (DiT) en la Ciudad de México.
Durante el foro se firmó la Declaratoria de Innovación y Sostenibilidad “Hacia un Ecosistema Innovador Urbano y Regenerativo en la Ciudad de México”, un compromiso conjunto que impulsa la colaboración entre gobierno, academia, empresas y sociedad civil para desarrollar proyectos con impacto social y ambiental positivo.
“Pasar de la reflexión a la estrategia y convertirlas en acciones concretas es parte de lo que buscamos con este espacio de conexión”, afirmó el Mtro. Benito Sotelo, director del Distrito de Innovación Tlalpan.
Reunió el evento a especialistas nacionales e internacionales que coincidieron en la necesidad de repensar el modelo urbano actual, incorporando criterios de equidad, innovación y regeneración ambiental. Se destacó que solo mediante la cooperación transversal es posible enfrentar los efectos de la crisis climática en las ciudades, como la contaminación, la falta de agua o la pérdida de espacios verdes.
La feria ClimaLAB, parte del foro, presentó proyectos de emprendimiento climático y tecnología verde (climate tech) impulsados por jóvenes y startups de América Latina. Estas iniciativas buscan aportar soluciones prácticas para reducir la huella ambiental y promover la sostenibilidad desde lo local.
Por su parte, el Dr. Alfredo Hidalgo, del Tecnológico de Monterrey, subrayó que el trabajo conjunto entre la academia y la sociedad “refleja la visión del Tec frente al cambio climático: actuar hoy desde la arquitectura y el urbanismo para transformar nuestro entorno y construir un futuro más sostenible”.
El Foro de Urbanismo Regenerativo dejó claro que ningún actor puede enfrentar solo la crisis climática. La creación de redes de colaboración, la innovación social y la participación ciudadana son las herramientas que permitirán construir ciudades más humanas, inclusivas y preparadas para los desafíos ambientales del siglo XXI.