En un artículo anterior*, abordamos, a manera de síntesis, desde la génesis de la Ciudad de México y su situación geográfica, hasta los grandes momentos de sus principales transformaciones debidas a fenómenos naturales así como a decisiones políticas y sociales: desde la destrucción de la Tenochtitlán originaria durante la Conquista; las Leyes de Reforma, que determinaron la destrucción de numerosos inmuebles religiosos, propiciando un enorme cambio en el mapa de la capital; los cambios urbanos realizados durante el Porfiriato; el crecimiento de la ciudad de México desde la década de los años 40; la gran explosión urbana que comenzó en los años 60, las obras construidas exprofeso para los XIX Juegos Olímpicos, la construcción del Metro; la construcción de los Ejes Viales en la década de los 70, terminados en 1982 o la metamorfosis de los espacios urbanos provocada por los sismos de septiembre de 1985, así como las acciones que se tomaron para paliar los daños, entre ellas, la descentralización administrativa.
En la década de los 80, previa a los años que se estudian aquí:
Fue la etapa en la que la zona metropolitana se sobrepuso a la vecina ciudad de Toluca, propiciando su expansión megalopolitana e incorporando indistintamente los municipios de Lerma y Huixquilucan.
La zona urbana del todavía Distrito Federal y 18 municipios del Estado de México contaban con 13 millones 840 mil 505 habitantes, y que 16 municipios adicionales de la Zona Metropolitana sumaban 546 mil 243 habitantes en un amplio territorio.
La Dirección de Planificación del Departamento del Distrito Federal presentó un proyecto que modificaba el Plan Director de 1976, en el que se establecía la edificación de ocho centros urbanos. Si bien no se implementó, pues las ciudades seguían creciendo, sí se establecieron corredores comerciales, con la ampliación del uso de suelo en éstos y se permitió la construcción de edificios de mayor altura. Al aumentarse la intensidad del uso de suelo, que es la cantidad de construcción permitida en un predio, se provocará la especulación de los terrenos, así como el anacronismo de la infraestructura y del equipamiento urbano.
El crecimiento del mercado laboral en la capital hizo que ésta propiciara la inmigración, aparte del crecimiento natural de la población. Entonces, una gran cantidad de mano de obra asalariada coexistió con el autoempleo y subempleo; una fuerza de trabajadores no manuales, así como sectores no calificados; movilidad social en trabajos estables y bien remunerados tanto como una marginación extrema en importantes sectores de la población.
A finales de los 80, la expansión de la urbe hacia Tláhuac, tuvo el índice más alto de aumento de las décadas tratadas en aquel artículo (de 1965 a 2015) y el estudio de mapas aéreos, muestran el crecimiento urbano durante los años 90. La urbanización popular entre 1980 y el comienzo del siglo XIX, fue influenciada por parte de líderes comunitarios que actuaron como fraccionadores, gestores de servicios y representantes de los colonos, así como los líderes políticos que buscaban apoyo electoral.
- Fue también en esta década que se diseñó el Plan Integral de Santa Fe, cuya finalidad era la de convertir la zona degradada de tiraderos de basura de la zona en un área del primer mundo donde se asentarían importantes corporativos internacionales y se desarrollarían colonias de lujo, así como la Universidad Iberoamericana, y se construyó un gran centro comercial y urbanizaciones que se han visto rebasadas ahora en cuanto a la accesibilidad, por lo que se han planteado diversas soluciones viales.
- En 1982, año en que el Estado mexicano decretó la suspensión de pagos, se inauguró en Iztapalapa la Central de Abasto, el principal mercado de alimentos al mayoreo de la Zona Metropolitana, con una superficie de 320 hectáreas.
Los estudiosos han llamado al tipo de crecimiento de esta década baja-acelerada, mientras que, comúnmente se le conoció como la “década perdida”, que estuvo marcada, particularmente en la segunda mitad por la caída de los precios internacionales del petróleo. El agotamiento del modelo de sustitución de importaciones y el desbalance de las finanzas públicas, determinó en los años 80 un cambio forzoso en la estrategia de crecimiento económico, que fue dictado bajo las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional, que subrayaban una apertura comercial y una menor intervención del Estado en la economía.
- En el ámbito académico, se realizaron nuevos estudios sobre lo urbano, en los que se incorporaron temas nuevos como el transporte, los servicios, la alimentación, la salud o el impacto ambiental producido por el desarrollo económico. También se estudiaron los vínculos de las políticas estatales, los sectores de la sociedad que intervienen en el proceso de transformación urbana y las leyes o códigos surgidos o que propiciaron estos cambios.
* Artículo publicado en la edición No. 106 de Real Estate Market & Lifestyle: 50 años de creer y crecer con México, Inbursa, bajo el nombre Cinco décadas de acelerado desarrollo urbano en la Ciudad de México.
Los años 90
La decisión del presidente Carlos Salinas de Gortari de volver a privatizar la banca a mediados de 1992 fue determinante. Sucedió luego de que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) permitiera el establecimiento en México de nuevos bancos múltiples, después de estar casi una década manejados por el Estado, así como la privatización de empresas paraestatales.
Estas medidas de corte neoliberal, junto con el control del gasto público, la contención de salarios y una amplia apertura comercial, causaron que la actividad económica se situara también en zonas del norte del país y se agrandó la brecha socioeconómica con respecto al sur. Fue en la década de los 90 que se aminoró la velocidad de la expansión urbana del todavía llamado Distrito Federal, debido a la parcial recuperación del sector agrícola, así como a la emigración que se dirigió hacia los Estados Unidos (a principios de los años 80 migraban unas 200 mil personas al año, mientras que para los primeros años del milenio, eran ya una 600 mil personas anualmente). También fue significativo el descenso en la tasa de natalidad y una baja tasa de mortalidad.
En 1993 se publicó una nueva Ley General de los Asentamientos Humanos que contempló las reservas territoriales, la participación ciudadana en los temas de planeación urbana, así como el fomento y el control del desarrollo urbano.
Durante el sexenio comprendido entre 1994 y 2000, los cambios políticos, económicos y sociales más importantes fueron, que la Ciudad de México pasó de ser una dependencia territorial directa del gobierno federal a una entidad con facultades para organizar elecciones y con una amplia autonomía política. En 1997 se eligió al primer Jefe de Gobierno de la ciudad –Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano– para el periodo 1997-2000. Mientras que del año 2000 al 2006, se cumplió un periodo completo de Jefe de Gobierno electo, el de Andrés Manuel López Obrador, en el que se implementó una política de austeridad y en el que las finanzas de la capital resultaron con un importante superávit.
Para el año 2000, había nueve ciudades con más de 1 millón de habitantes en el país: la Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla, Toluca, León, Tijuana, Ciudad Juárez y Torreón.
Se considera que el grado de urbanización está relacionado con el aumento de la población y al de las localidades que ocupan y que son de tamaños diversos: ciudades pequeñas (entre 15 y 99 mil habitantes); intermedias (100 y 999 mil habitantes); y las muy grandes o millonarias que albergan un millón o más de habitantes.
Las características principales de la urbanización en México entre 1980 y 2010, en las que el grado de urbanización fue de 51.8% a 62.5%, han sido:
1. Descenso en el crecimiento de la población de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, que pasó de ser el núcleo urbano con mayor atracción migratoria a ser la ciudad mayor expulsora de migrantes.
2. Importante crecimiento de la población en las urbes de mayor tamaño dentro del rango de ciudades intermedias, situadas tanto en la parte centro del país como en la frontera norte.
3. Cambios en el patrón de migración interna, con predominio de flujos de ciudad a ciudad, en vez de campo a ciudad.
4. El cambio de ser un país predominantemente urbano a ser un país preferentemente metropolitano, por la consolidación de su dimensión metropolitana.
5. Emergente conformación de regiones urbanas.
6. Institucionalización de la planeación territorial en el país.
Al inicio de la década de 1990, la población urbana del país contaba con 52 mil 414 de habitantes para llegar a los 66 mil 225 de personas en 2000.
Los estudiosos del tema urbano han dividido el país en cinco regiones para facilitar su estudio, las cuales incluyen los siguientes estados:
- Frontera Norte: Baja California, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas.
- Norte: Baja California Sur, San Luis Potosí, Nayarit, Durango, Sinaloa y Zacatecas.
- Occidente: Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco y Michoacán.
- Centro: Distrito Federal, Hidalgo, Estado de México, Morelos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala.
- Sur y Sureste: Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
En 1992, una serie de leyes permitieron la incorporación de los ejidos al mercado inmobiliario y se anuló el decreto de las rentas congeladas, en vigor desde 1942-1948, que facilitó la comercialización de predios, mayormente en el Centro Histórico de la Ciudad de México.
En 1993 comenzó la historia del que se convirtió en el edificio más alto de la ciudad de México en el Paseo de la Reforma, la Torre Mayor, en el lugar donde estuvo el Cine Chapultepec y que, después de varios hechos que afectaron su terminación, se inauguró en el año de 2003. A partir de su construcción, los años siguientes fueron testigos de la edificación de otros rascacielos espectaculares en la misma avenida y en otras zonas de la capital.
En 1994 se inauguró el World Trade Center, construcción que tardó muchos años en terminarse. Dos años después se terminó la Torre Arcos Bosques I para oficinas, en Cuajimalpa, y en 1998 se inauguró la Torre Altus, de uso residencial, en la misma delegación.
De 1997 al 2000, se instrumentó en Distrito Federal una política social que incluyó a funcionarios, asambleístas y legisladores, así como a organizaciones sociales y otros grupos, para obtener consenso en las decisiones que se tomaron respecto a las acciones a definir para lograr un crecimiento sustentable. Con la Ley Orgánica de la Administración Pública del D.F., se determinó que la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) atendería las materias relativas en alimentación, educación, equidad de género, cultura y recreación, administración de zoológicos e información social. Sin embargo, la tendencia de la ubicación de los sectores más empobrecidos en la periferia y la de los grupos con mayores ingresos y servicios en el centro y las áreas privilegiadas, mientras que zonas como Chimalhuacán han tenido un importante aumento en la población, pero se han mantenido en bajos niveles de servicios, educación y empleo.
Durante la década de los 90, continuó el crecimiento megalopolitano de la Ciudad de México. Otras ciudades que crecieron significativamente fueron Cuernavaca, Pachuca, y Tlaxcala. En el norte del país siguieron creciendo los centros maquiladores de Tijuana y Ciudad Juárez. En el noreste las ciudades fronterizas de Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, así como ciudades industriales como Hermosillo, Saltillo y Aguascalientes, y las ciudades portuarias turísticas Cancún, Puerto Vallarta, Zihuatanejo y Cozumel, se cuentan entre las que más aumentaron su tamaño.
La década del 2000
Al inicio de la década, las zonas de mayor a menor población urbana fueron: la Frontera Norte (con 86.8%); la zona Centro (79.9%); la zona Occidente (67.3%); la zona Norte (46.4%) y la zona Sur Sureste (45.4 por ciento).
La Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) tenía, en ese entonces, 18 millones 396 mil 677 habitantes y estaba formada por 16 delegaciones del D.F., 58 municipios del Estado de México y uno del estado de Hidalgo, y era considerada como la segunda megaurbe del mundo, después de Tokio. Mientras que la población total del país era a principios del nuevo milenio de 97.5 millones de habitantes, de los cuales 67.7 millones se concentraban en un sistema de 350 ciudades.
El crecimiento urbano en todo el país no fue a la par de las mejoras socioeconómicas de sus habitantes, por el contrario, propició la desigualdad. Los bajos salarios nacionales no favorecían el progreso en la vivienda o en la alimentación y los gobiernos de las entidades no alcanzaban a cubrir las necesidades de servicios públicos ni podían mejorar la seguridad en las nuevas urbanizaciones. El problema histórico de la falta de agua se agudizaba cada día más, así como la recolección de la basura, el servicio de energía eléctrica, la falta de espacios públicos y la contaminación que se contemplaba en las periferias y en otras áreas de las zonas urbanas que redujeron la calidad de vida de sus moradores. Esto ya era patente al llegar el nuevo milenio.
La superficie correspondiente a los municipios conurbados de la ZMVM era de 75 mil 018 hectáreas, mientras que la propia del D.F. tenía 71 mil 018 hectáreas.
El aumento de la mancha urbana se hizo con grandes problemas de desigualdad y sostenibilidad. Al llegar el siglo XXI, el crecimiento tendió a ser más vertical con la proliferación de bloques de viviendas de enormes dimensiones que antes fueron jardines privados de casas en diversas colonias de la Ciudad de México.
Durante la jefatura de gobierno del 2000 al 2005, se establecieron estrategias para lograr hacer una autoridad promotora y socialmente responsable, por lo que aumentó el presupuesto en sectores de organismos descentralizados como el Instituto para la Atención de Adultos Mayores, los Servicios de Salud, el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia, el Instituto de Vivienda y el Fideicomiso de Educación Garantizada.
Un importante proyecto que se dio a principios de 2001 fue el remozamiento y remodelación de la emblemática avenida Paseo de la Reforma, después nombrado Corredor Reforma, que a la fecha, aloja desde construcciones de principios del siglo XX hasta espectaculares edificios construidos con la más alta tecnología, por lo que constituye el más importante polo de desarrollo de la capital y que representa un símbolo de la transformación cultural de México. Este proyecto contempló la renovación del mobiliario urbano, reforestación y renovación de camellones y glorietas, así como la limpieza de las fachadas anteriores a la primera mitad del siglo XX.
En agosto de 2001, el Ingeniero Carlos Slim anunció una inversión de mil millones de pesos para el rescate del Centro Histórico y, a partir de 2002, adquirió inmuebles en el perímetro de la zona en consonancia con las políticas urbanas, habitacionales y de recuperación aplicadas a las zonas históricas centrales del Programa para el Desarrollo Integral del Centro Histórico (1997-2000), siendo éste el programa más ambicioso para su recuperación y que continuó con otros proyectos anteriores que contribuyeron a la mejora del área.
La creación de la Autoridad del Centro Histórico, en 2007, tenía entre sus objetivos: rehabilitar la zona oriente del Centro Histórico para recuperar el espacio público adecuándolo a las demandas de uso seguro y accesible y que garantizara la pluralidad. Dotarlo de servicio de transporte que lo vinculara al resto de la urbe, conservar inmuebles y monumentos históricos, promover la vivienda dentro de sus límites, atraer negocios y mejorar la calidad ambiental mediante azoteas verdes y el embellecimiento de espacios abiertos como un importante lugar de esparcimiento. Para ello, se facilitaron estímulos en el impuesto predial y la creación de corredores comerciales, entre otros.
Desde luego, el Centro Histórico de la Ciudad de México, no ha sido el único que ha tenido obras para mejorar su condición o conservar el patrimonio que alberga. Otras ciudades con centros históricos importantes han llevado a cabo acciones para detener su deterioro, por ejemplo, en Guanajuato, Campeche y Zacatecas donde se dio una planeación participativa entre grupos organizados de la sociedad y el gobierno para la salvaguarda de estas zonas y sus monumentos.
Una obra importante para la vialidad de la Ciudad de México fueron los segundos pisos inaugurados en enero de 2005, considerados necesarios por el gobierno para hacer más eficiente el traslado y ahorrar tiempo de transporte a la ciudadanía. El primer tramo va de la calle Benvenutto Cellini a la de Miguel Ocaranza y de ésta a Las Flores. La segunda parte va de Las Flores al Camino Antiguo a Acapulco y de éste a San Jerónimo. Fue la obra más importante en la ciudad desde la construcción de los Ejes Viales.
El mismo año, se presentó la propuesta del Metrobús como sistema de transporte, que inició operaciones con 80 autobuses articulados; diez años después contaba ya con 441 unidades que daban servicio en cinco líneas con 105 kilómetros de recorrido. En tanto que, para mejorar la comunicación aérea, se inauguró en 2007 la terminal 2 del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Para 2006, el Sistema de Transporte Colectivo Metro ocupaba el tercer lugar mundial en captación de usuarios, al transportar 3.9 millones de personas diariamente y el quinto lugar por la extensión de su red. En 2007 se anunció la construcción de la polémica Línea 12 del sistema o Línea Dorada para conmemorar los 200 años de la Independencia y 100 de la Revolución Mexicana.
En 2008 se edificaron las Torres Arcos Bosques I y II en la delegación Cuajimalpa.
Las ciudades medias
Si en 1980 las áreas urbanas del país eran 223, de las cuales 54 eran de tamaño intermedio, tres ciudades, Guadalajara, Monterrey y Puebla contaban con más de un millón de habitantes, mientras que la Ciudad de México –con más de 14 millones de habitantes– concentraba más del 20% de la población del país. Para 2010, el sistema urbano del país contaba con 399 ciudades: 79 de tamaño intermedio, diez con más de un millón de habitantes, las mismas del año 2000, a las cuales se unió San Luis Potosí, en tanto que la Ciudad de México contaba con más de 20 millones de habitantes y por primera vez los habitantes del D.F. eran casi la misma cantidad (50.7 por ciento) que en los existentes en los municipios conurbados.
Sin embargo, no todas las ciudades tradicionales o antiguas crecieron, sino que debido a la economía centralizada en la capital de la República (1950-1970) hubo algunas que no presentaron una tasa de crecimiento demográfico alto, como Aguascalientes, Durango, Pachuca, Zacatecas, Morelia y Querétaro, mientras que ciudades fronterizas y turísticas experimentaron un súbito crecimiento de su población, como Mexicali, Tijuana, Ciudad Juárez y Acapulco.
Durante el auge petrolero de los años 70, el apoyo gubernamental al desarrollo regional propició el auge de ciudades intermedias como Querétaro, San Luis Potosí, Coatzacoalcos y Cancún. Este fenómeno continuó durante los años 80, entre otros motivos por la descentralización administrativa, acelerada por los sismos de 1985 y por las estrategias propuestas en el Plan Nacional de Desarrollo Urbano y Vivienda que estableció como prioritarias 59 ciudades intermedias.
Se cree que las ciudades medias serán fundamentales para el desarrollo futuro del país por su dinamismo y transformación demográfica. Estos centros urbanos se presentan ahora como más atractivos para los migrantes que las zonas metropolitanas. Se han hecho interesantes estudios sobre su crecimiento, ya sea concéntrico (como Toluca y Xalapa), semiconcéntrico (Campeche y Ciudad Juárez) o no concéntrico (Chihuahua y Cuernavaca), el tipo y edad de sus habitantes, o las determinantes para el precio del suelo en sus diversas zonas, así como diversos cálculos que implican modelos matemáticos.
La década de 2010
La segunda década del siglo XXI, particularmente durante la gestión de Miguel Ángel Mancera como jefe de
Gobierno (2012-2018), fue un periodo de un acelerado desarrollo inmobiliario en la capital. Se construyeron o inauguraron, por ejemplo: la Península Tower (2014); la Torre BBVA (2015); la Torre Reforma Latino (2015); la Torre Punta Reforma (2015); la Torre Reforma (2016); la Torre Diana (2016); las Elite Residences (2016); las Torres Cuarzo (2017); la Torre Paradox (2018) y la Torre Chapultepec Uno, inaugurada en 2019, por ejemplo, además de que proliferó la construcción de edificios por toda la ciudad.
En La Guía Inmobiliaria de México, Real Estate Market & Lifestyle, se informaba en su edición 95 de 2014, sobre los 100 nuevos proyectos inmobiliarios más importantes en la República, que transformarían su entorno inmediato y cuyo valor agregado beneficiaría a sus habitantes, de los cuales 36 se desarrollaban en el todavía Distrito Federal, doce en el Estado de México, doce en Quintana Roo, ocho en Jalisco, siete en Baja California Sur, cuatro en Nuevo León, cuatro en Yucatán, tres en Veracruz, tres en Campeche y tres en Puebla; Querétaro y Tabasco, contaban con dos cada entidad, en tanto que en los estados de Aguascalientes, Guerrero, Michoacán, Morelos, Oaxaca y Tamaulipas, contaban con un proyecto cada uno.
La clasificación consideraba proyectos que serían terminados a partir de 2014 y el orden consideraba el total de metros cuadrados de construcción de cada uno. En total, se calculaba que serían edificados 37.7 millones de metros cuadrados (m2), de los cuales, el 50% serían para uso residencial.
Los proyectos inmobiliarios más importantes en el Distrito Federal en 2014 eran: Miyana, Vía Vallejo, Espacio Condesa y la Torre Ejecutiva BBVA Bancomer y Plaza Carso.
A finales de 2021, salieron a relucir sospechas en torno a la actuación del entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal y su equipo sobre la honestidad de su gestión, particularmente ligados con el sector inmobiliario.
En 2015, el Senado de la República aprobó que el Distrito Federal se convirtiera en la entidad número 33 del país, con el nombre de Ciudad de México (CDMX) y dejando la denominación de Distrito Federal (D.F.) y se convirtió así en una ciudad autónoma. La Constitución de la Ciudad de México se promulgó el 5 de febrero de 2017 y su última reforma fue el 22 de marzo de 2022.
“No te preocupes, la movemos”
Una historia que da una idea de la complejidad de la construcción de obras de gran magnitud, es la de la Torre Reforma, que implicó salvar la antigua casona de cantera rosa de estilo neogótico que perteneció a la familia de don Ramón Ramírez de Arellano y su esposa, doña Refugio Escandón, donde se construyó la Torre (Paseo de la Reforma 483). Al preguntar uno de los futuros propietarios del predio al arquitecto Benjamín Romano qué hacer con la casa, éste contestó: “No te preocupes, la movemos”.
Se discutió la forma de hacerlo sin riesgos para la construcción que databa de 1929 y ya con la idea se les ocurrió, al ver una charola con copas vacías en la barra del bar que había entonces en el lugar, poner la casa en una “charola”. La casa se logró desplazar y la construcción de la Torre que le da albergue ahora cuenta con 57 niveles y 246 metros de altura. Su diseño sustentable le permite el ahorro de hasta 30% en agua y energía; se instalaron en el subsuelo cajones de estacionamiento robotizados, tiene ventilación natural y resistencia a los sismos.
Sus constructores están orgullosos de haber preservado la casa de cantera que forma parte de la historia urbana del Paseo de la Reforma, cuyo trazo emblemático de la capital fue diseñado por Maximiliano I de Habsburgo y renombrado por Sebastián Ledo de Tejada con su denominación actual. Una hazaña similar, aunque con un edificio más pequeño, se dio en Guadalajara en 1950 cuando el ingeniero Jorge Matute logró desplazar 12 metros el Edificio de Teléfonos debido a la ampliación de la Avenida Juárez del Centro Histórico, sin necesidad de derribarlo y con el personal de la compañía telefónica adentro, en horas laborales.
La Línea Dorada se inauguró con un periodo de prueba con viajes gratuitos en 2012 y dio servicio hasta que se detectaron errores estructurales en algunos tramos de su recorrido, que revelaron fallas de cálculo y actos de corrupción. Tras una inversión de más de mil millones de pesos para su rehabilitación se volvieron a abrir cinco líneas a fines de octubre de 2015. La línea recorría 26 kilómetros con 20 estaciones y tenía sus terminales en Mixcoac, en el sur y Tláhuac al oriente de la ciudad, donde se interna en esa extensa parte de la urbe. Las estaciones estarían equipadas con servicio de Internet, espacios culturales, guarderías, sanitarios, además de tener accesibilidad para personas con capacidades diferentes. Sus vagones eran amplios –a diferencia de los del Metrobús–, y contaban con pantallas informativas. Sus vagones fueron de rodadura férrea, que provocaron desgastes ondulatorios en la vía, además de los daños provocados en los tramos elevados, por el terremoto del 19 de septiembre de 2017 que provocó que se hicieran más reparaciones.
El sismo del 19 de septiembre de 2017
Este sismo, que ocurrió exactamente 32 años después que el de 1985, ocurrió a las 13:14 horas y tuvo una intensidad de 7.1 grados Richter, según datos del Sistema Sismológico Nacional, y su origen se localizó entre los límites estatales de Puebla y Morelos, al sureste de Axochiapan, a 120 kilómetros de la Ciudad de México. Apenas, a las 11 de la mañana los habitantes de la capital mexicana habían participado en el simulacro nacional anual que se anunció con el sonido de las alertas sísmicas que, sin embargo, durante el temblor no sonaron, pues no existe el sistema que detecte los sismos procedentes de esa área.
Protección Civil se encontraba alerta, ya que días antes, el 7 de septiembre, se había producido un fuerte temblor de una magnitud de 8.2 grados con epicentro cerca de Pijijiapan, Chiapas, y la zona se declaró el día 11, zona de desastre. El saldo de este evento natural provocó en la capital casi cuatro centenares de muertos, miles de heridos, 434 inmuebles que se determinaron con riesgo de colapso y unos 1,008 que no pudieron volver a ser ocupados. El conteo rápido del gobierno de la ciudad inmediato al sismo contó 38 derrumbes en diversas partes de la ciudad, donde las más afectadas fueron: la Alcaldía Cuauhtémoc, con 12; la Benito Juárez, con 11 y Coyoacán, con cinco. Al igual que en el sismo de 1985, la población se solidarizó con las víctimas y resultan impresionantes los testimonios de la respuesta de los habitantes de la ciudad ante estas tragedias.
El Gobierno de la CDMX, luego de las actividades de rescate, creó la Comisión para la Reconstrucción, Recuperación y Transformación de la Ciudad de México.
La política de Vivienda del Gobierno del Presidente López Obrador
En noviembre de 2018, antes de que ocupara el cargo de presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, el próximo a ser titular de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Román Meyer Falcón, anunció que la llamada Cuarta Transformación consideraba a la vivienda como punto de partida para garantizar los derechos sociales, por lo que la Política Nacional de Vivienda sería el eje de la pacificación nacional, ya que el modelo de vivienda actual no ha dado resultados que garantizaran el bienestar de las familias, pues la corrupción y la falta de planeación habían provocado desarrollos mal ubicados, sin servicios, sin planes de movilidad ni el equipamiento urbano adecuado.
Se dijo que existían 5 millones de viviendas deshabitadas en el país y que faltaban unos 6 millones para satisfacer la demanda. También se dijo que se habían desarrollado viviendas donde las familias no querían vivir, donde los municipios no podían dar servicios, donde no había transporte público cercano; en lugares donde se rompían lazos familiares y se deterioraba el capital social de las comunidades. También se dijo que tanto el Programa de Mejoramiento Urbano como el Plan de Reconstrucción eran las dos estrategias prioritarias de la dependencia. El primero, enfocado a la atención de municipios con mayores índices de marginación del país. En 2019 se daría inicio con 10 ciudades de la frontera norte y 5 ciudades turísticas.
Se recuerda que durante la administración en la jefatura de gobierno de la ciudad del actual mandatario, el Instituto de Vivienda del entonces Distrito Federal dio inició al otorgamiento de créditos para las personas de bajos recursos que deseaban realizar mejoras en sus casas o adquirir una. Dichos créditos siguen vigentes.
El programa “Cosecha de lluvia”, un intento de paliar la escasez de agua en la ciudad
Este programa ha sido implementado por la Secretaría del Medio Ambiente desde 2019 en algunas alcaldías y tiene como finalidad mejorar en abasto de agua a las personas que viven en colonias de bajos ingresos, a la vez que permite reintegrar el ciclo del agua a un uso cuidadoso y que disminuya la extracción de los pozos. Además de evitar el uso de fuentes de energía para mover el agua en la ciudad, lo que contribuye a la disminución de gases que producen el efecto invernadero, que se producen por el bombeo de agua. De 2019 a finales de 2021, más de 30 mil familias de las alcaldías Tlalpan, Tláhuac, Milpa Alta, Azcapotzalco, Gustavo A. Madero, Magdalena Contreras, Iztapalapa, Coyoacán y Xochimilco ya cosechan el agua pluvial.
El sistema de captación pluvial, consiste en tuberías, filtros y un tinaco que recibe y almacena el agua que puede ser usada en los baños, riego de plantas, lavado de ropa, etc. La instalación y sus elementos son proporcionados de forma gratuita por las diversas alcaldías en donde se ha realizado el programa. Se ha calculado que el agua cosechada en los 30 mil hogares que cuentan con él, representa 27 mil 852 pipas de 10 mil litros.
El origen de este proyecto se sustentó en las aportaciones e investigaciones de la organización Isla Urbana, cuyo lema es «Lluvia para todos», que comenzó en 2009 la instalación de su sistema en la colonia Cultura Maya de la Alcaldía de Tlalpan en 2009.
El desplome en la Línea 12 del Metro
Fue el 3 de mayo de 2021, aproximadamente a las diez y veinte minutos de la noche que los problemas estructurales hicieron crisis cuando se desplomó un tramo elevado de la Línea 12 al paso de un convoy, causando la muerte de numerosas personas así como decenas de heridos, a lo que las autoridades respondieron que se haría un peritaje interno y una investigación internacional para determinar las causas del accidente y se procedió a cerrar el servicio.
Los resultados del primer peritaje realizado por una empresa danesa fueron dados a conocer en junio de 2021. Se determinó que el suceso fue provocado por una falla estructural en la construcción, con intervenciones ajenas al diseño de los planos y que había habido deficiencias en la edificación de la obra, principalmente con los pernos y las soldaduras que sostenían el puente. Este hecho, provocó una fuerte agitación política, ya que involucraba a tres administraciones de la Ciudad y a diversos partidos políticos. Un año después, todavía se revelan datos sobre las responsabilidades en el trágico evento que, por su dramatismo, debe hace pensar a los gobernantes en la importancia de llevar a cabo obras apegadas a las más rigurosas normas técnicas dejando a un lado las motivaciones políticas y económicas.
Al día de hoy, se están colocando las ballenas de concreto armado, con la intención de reparar el hueco que dejó el descarrilamiento de uno de los vagones de esta línea.
¿Qué tan real es la planeación urbana?
Ya que el crecimiento urbano en México se dio en gran medida por la ocupación invasiva ante la gran demanda de vivienda, aprovechada por fraccionadores ilegales, cuyo objetivo principal era su ganancia económica, no se tuvo en cuenta la falta de espacios públicos que toda comunidad necesita –plazas, jardines, banquetas y calles–, en la traza de colonias de bajos recursos.
Esto lleva a pensar en la necesidad de una planeación urbana sostenida en los criterios más actualizados y con los estándares más rigurosos, ya que gran parte de la expansión urbana –no solo en México–, se ha realizado conforme a necesidades inmediatas determinadas por circunstancias sociopolíticas y motivaciones no muy transparentes, hasta fechas recientes en que la sociedad y sus recursos reclaman cada vez cuentas más claras.
Así, la nueva versión de un Plan Director en 1979 y sus planes parciales por Delegaciones, si bien no tuvo muchos resultados, en el sentido del reordenamiento de la ciudad, sí fue eficaz al sobredimensionar los programas de vialidades y el transporte, apoyados en el auge petrolero, que centró sus posibilidades en el uso del automóvil, como ocurrió con la construcción de los Ejes Viales en la década de los 70 y con la construcción de los segundos pisos en la primera década del siglo XXI. Esto cuando el 80 por ciento de la población se traslada en el 17 por ciento del parque vehicular, que corresponde al transporte colectivo, mientras solo el 20 por ciento utiliza el transporte privado. Es decir, la planeación urbana continuó siendo más una herramienta auxiliar de la política de desarrollo económico y social que una disciplina integral de análisis y gestión de alternativas para la ciudad.
Conflictos en la construcción de grandes complejos urbanos
Un ejemplo reciente del choque entre intereses privados y de pueblos originarios en la Ciudad de México, es el complejo iniciado por las firmas Ideurban y Prudential que con su proyecto multimillonario de Ciudad Progresiva Mítikah, el desarrollo más grande de América Latina, que fue continuado por el fideicomiso de inversión en bienes y raíces Fibra Uno (FUNO), que adquirió el Centro Bancomer, enfrentados a los pobladores originarios del pueblo de Xoco, en la actual Alcaldía Benito Juárez.
El proyecto lleva construida una Torre Residencial de 65 pisos con 603 departamentos, que será la más alta de la ciudad y se terminará en 2022, más tres torres de oficinas; un centro comercial, un hotel, un edificio de consultorios y áreas verdes, un hospital que ya funciona y otra torre de departamentos en renta, además del proyecto de un hotel de 405 habitaciones. Los pobladores del pueblo originario de Xoco reclaman sus derechos tradicionales, usos y costumbres, y se quejan de que el conjunto ha venido a terminar con la tranquilidad de que gozaban como pueblo y de que ahora se ha convertido en un punto de atracción inmobiliaria que los somete a una gran presión.
Un punto de crisis fue cuando en abril de 2021 los pobladores de Xoco vieron que la calle de Mayorazgo había sido cerrada por el corporativo, cuando aún no se había reforestado la tala de 80 árboles ocurrida dos años antes y de más de cien árboles diez años antes. Los constructores habían instalado vallas para impedir el paso de la gente, pero hubo revuelo en los medios y otros habitantes de pueblos originarios de Coyoacán se hicieron presentes para apoyar a los pobladores de Xoco. La suavidad con que han actuado las diversas administraciones es sorprendente, ya que afirman que Mítikah tiene todas las autorizaciones y las obras de mitigación continúan realizándose.
El Cablebús, una nueva dimensión del transporte en la Ciudad de México y el Estado de México
La jefa de Gobierno de la Ciudad de México –Claudia Sheinbaum–, inauguró, en julio de 2021, la Línea 1 del Cablebús que va de Indios Verdes a Cuautepec, en la Alcaldía Gustavo A. Madero, con un recorrido de 9.2 kilómetros, seis estaciones, 62 torres y con 377 cabinas, cada una con capacidad para llevar a diez personas. La línea tiene conexión con la Línea 3 del Metro y la Línea 1 del Metrobús. Este nuevo tipo de transporte para la ciudad agilizará el tiempo de desplazamiento de miles de usuarios en las colonias que atraviesa. Los primeros días de servicio, mucha gente estaba reacia a su uso por la novedad y por un evento en el que se suspendió el servicio dejando a los pasajeros literalmente “colgados”.
La Línea 2 del Cablebús en Iztapalapa, fue inaugurada un mes después, también por la Jefa de Gobierno y recorre 10.6 kilómetros en siete estaciones que van de Constitución de 1917 a Santa Martha Acatitla. Esto hace pensar que el servicio de Cablebús en la ciudad se elija como preferente en zonas altas de la periferia de la ciudad, ya que se construye la Línea 3, que dará servicio en la Alcaldía de Miguel Hidalgo y Álvaro Obregón y la ya anunciada Línea 4 entre las Alcaldías de Magdalena Contreras y Tlalpan.
Con la implementación del Cablebús, la Ciudad de México seguía el ejemplo del Mexiteleférico, –el primer teleférico no turístico del país, también llamado Mexicable–, concluido a mediados de 2016 en Ecatepec, en el Estado de México, con casi 5 kilómetros de recorrido, siete estaciones y un tiempo de recorrido promedio de 22 minutos entre sus dos terminales. En abril de 2022, comenzó sus pruebas en su segunda línea que irá de Ecatepec a Tlalnepantla e Indios Verdes, estación donde conectará con el Cablebús, el Metro y el Metrobús de la Ciudad de México. El teleférico mexiquense es totalmente eléctrico y sus cabinas son iluminadas mediante paneles solares.
El espacio público y su recuperación en las ciudades
El espacio público urbano es un lugar comunitario, donde la gente vive y se expresa socialmente y se conforma de aceras, calles, plazas, jardines, parques, etc. Es el espacio limitado claramente que se diferencia del espacio ocupado y privado al que da acceso y es la base de cualquier asentamiento.
Los espacios libres han otorgado, históricamente, soluciones para la distribución de servicios elementales como las redes de agua potable y el alcantarillado que al paso del tiempo se volvían a aprovechar para la instalación de nuevas redes necesaria para los sistemas de electricidad, telefonía y gas. De igual forma, el espacio público se utilizó para ordenar el transporte masivo de la población y la distribución de las vialidades, como soterrar el metro, construir segundos pisos, túneles y estacionamientos, con lo que el desarrollo urbano se fue haciendo más funcional, complejo y, principalmente, más rentable. En el ámbito político, las promesas y ofrecimientos de los candidatos a puestos de elección popular sobre estos temas, son determinantes para su triunfo o fracaso.
Nos limitaremos a mencionar tres ejemplos recientes de rescate de espacios urbanos, dos ya realizados y otro en construcción, que enriquecen el disfrute de la población de los espacios públicos. El primero de ellos es el Parque Bicentenario, creado en el área de la Refinería “18 de Marzo” de Petróleos Mexicanos en Azcapotzalco, clausurada en 1991 por la contaminación que generaba en la zona y sus alrededores. Los terrenos –más de 50 hectáreas–, fueron cedidos por PEMEX al Gobierno Federal en 2007, año en el que se iniciaron los trabajos de limpieza ambiental, a cargo de varias instituciones públicas de México e internacionales.
Luego se continuó con el embellecimiento del paisaje, a cargo de Mario Schjetnan, quien también fue el autor de la arquitectura del paisaje en el Parque Tezozómoc y en el Parque Ecológico de Xochimilco. En el Parque Bicentenario, inaugurado en 2010, se han recreado siete diferentes climas con diversos tipos de vegetación, una chinampa experimental, un lago artificial, un orquideario, un auditorio e instalaciones deportivas. Actualmente es un parque concesionado y los vecinos se han quejado de la falta de mantenimiento en él y de que los eventos masivos realizados allí afectan a los pobladores.
En cuanto al rescate de la Casa Residencial de Los Pinos, fue convertida en el Complejo Cultural Los Pinos por la presente administración desde el 1 de diciembre de 2018, ya que el Palacio Nacional fue habilitado para ser la residencia del presidente de la República. Con esto se abrió al público una extensa e importante área de las anteriores residencias presidenciales del área de Los Pinos en Chapultepec para actividades culturales.
Un proyecto que el actual gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador considera trascendente es el llamado “Chapultepec, Naturaleza y Cultura”. Consiste en la rehabilitación del Bosque de Chapultepec para fortalecer esta zona y que sus cuatro secciones queden conectadas mediante un Cablebús de 5 kilómetros (que constituirá la Línea 3) y puentes peatonales y que se garantice la protección del medio ambiente y aumente la infraestructura cultural del área, que ha sido protagonista en la historia de México. Se cuenta con un presupuesto de 10 mil millones de pesos, de los cuales se han utilizado 3 mil millones, para terminar el plan a finales de 2023.
En marzo de 2022, el presidente dijo que se estaba realizando este proyecto para ampliar sus espacios públicos, reestructurar sus museos y crear nuevos espacios para la cultura, con la peculiaridad del rescate del medio ambiente, sobre todo el agua de los manantiales del bosque. El proyecto sigue adelante a pesar de la polémica causada al ser anunciado inicialmente, debido a las críticas sobre las personalidades de la cultura que intervendrían en su realización.
Un nuevo aeropuerto para la CDMX
Si bien este tema podría ocupar varias páginas, es necesario, aunque sea solo mencionar, que la CDMX cuenta con el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, inaugurado por el presidente López Obrador en abril de 2022. Esta obra implicó descontinuar la millonaria obra que realizaría el afamado arquitecto Norman Foster en lo que fuera el Lago de Texcoco, con todas sus implicaciones. Un nuevo aeropuerto necesita numerosas obras adyacentes y considera el aumento en el porcentaje del tráfico aéreo en una ciudad.
Ciudades Inteligentes, ¿el futuro del urbanismo?
El término Smart City alude a la actual tendencia mundial en el uso de tecnologías para la mejora en el desarrollo de las comunidades, la calidad de vida de sus habitantes en un marco de sustentabilidad. El uso adecuado de las más modernas tecnologías de la información y de la comunicación supone la creación de nuevos espacios para innovar, creación de nuevos negocios y la búsqueda de nuevas ideas que favorezcan el desarrollo social reduciendo el gasto público en los servicios que ofrece. Permite una adecuada identificación de las necesidades urbanas y sus soluciones, además de hacer más transparente la administración, proporciona información en tiempo real a los ciudadanos, facilitando su participación en las decisiones.
Así, una Ciudad Inteligente contaría con una economía inteligente, movilidad inteligente, ciudadanía y gobierno inteligentes, que contribuirán también al uso responsable de los recursos naturales con un gobierno participativo, el uso de energías renovables, un transporte público eficiente, sostenible y seguro, así como un sistema educativo de alta calidad.
Estas tecnologías que se han instrumentado en los rascacielos o complejos de reciente construcción y constituyen obras perfectamente sustentables, antisísmicas, con ahorro de agua y su reciclaje, administración óptima de energía eléctrica y el uso de “energías limpias” como la solar, serían de una utilidad formidable adecuadas a las urbes.
Un ejemplo de la tecnología adaptada a la seguridad y a la procuración de justicia en la Ciudad de México, ha sido la implementación de cámaras de video vigilancia en puntos estratégicos de la ciudad, sistema conocido como “C5”, creado en junio de 2009 con el nombre de Centro de Atención a Emergencias y Protección Ciudadana de la Ciudad de México (CAEPCCM), que comenzó a operar en 2010 como el programa Ciudad Segura, que ha agilizado notablemente la respuesta de las autoridades ante emergencias, situaciones de crisis y comisión de ilícitos, que el gobierno de la ciudad ha señalado como el programa más ambicioso en materia de seguridad urbana a nivel mundial. Su rango de acción aumentó en diciembre de 2015, cuando se le anexó LOCATEL y se formó el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano de la Ciudad de México “C5”, que ofrece los servicios de Videomonitoreo, Servicio de atención de llamadas de emergencia 911 CDMX, Denuncia anónima 089 y los servicios que normalmente ofrecía LOCATEL.
Los reinos digitales del metaverso
Finalmente, hay que mencionar que la complejidad del mundo moderno produce cada día cambios que inciden en su transformación, como el advenimiento del llamado metaverso, que cobró relevancia en octubre de 2021 cuando Mark Zuckerberg, dueño de las plataformas sociales Facebook, Instagram, WhatsApp y otras, anunció que éstas serían integrantes de un dominio denominado Meta que constituye un mundo virtual en el que los usuarios experimentarán realidades alternativas en universos paralelos ya sea en diversos juegos, la asistencia a conciertos, viajes online, compras, trabajo o estudio. En sus propias palabras: “Buena parte de la experiencia del metaverso va a girar en torno al poder de teletransportarse de una experiencia a otra”.
El mercado global inmobiliario, motor del crecimiento urbano, y el de servicios no podían sustraerse al metaverso y se ha dicho que pronto su valor será de un billón de dólares y hasta ahora la inversión en él es altamente especulativa, ya que el dinero en el metaverso se constituye por criptomonedas que se administran mediante el llamado Blockchain o cadena de bloques, que elimina la intervención de los bancos tradicionales, con las que se pueden adquirir arte, música e incluso propiedades en la forma de los llamados NFTs (Non Fungible Tokens), que representan una prueba de propiedad no intercambiable.
Recientemente, una compañía tecnológica de cadena de bloques centrada en NFTs y bienes raíces del metaverso, compró el 50 por ciento de Metaverse Group, compañía pionera inmobiliaria virtual del mundo. En tanto que la plataforma de bienes raíces virtuales Super World, ofrece 64.8 mil millones de terrenos en todo el mundo, cada uno a la venta como un NFT.
Esto quizá resulte para el mercado inmobiliario en sorprendentes precios de venta, como los de obras de arte que han alcanzado venderse en cantidades millonarias por su interacción en el espacio virtual y su alcance especulativo. Se ignora si este nuevo auge será la nueva sensación o la siguiente gran burbuja. No sin nostalgia, y ante tal panorama en donde la escala de construcción que abarca ya una buena parte de la superficie de ciudades que aún hace años eran verdaderos paraísos para la reflexión, la tranquilidad y la convivencia con la naturaleza; cerramos este ensayo con una breve ficción de las paradojas de la ciencia respecto a sus esfuerzos para conocer puntualmente la realidad, en este caso, a través de la cartografía.
Del Rigor en la Ciencia, un cuento de Jorge Luis Borges
En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas.
Suárez Miranda, Viajes de Varones Prudentes, Libro Cuarto, Cap. XLV, Lérida, 1658.
* Alejandro de Antuñano Maurer. Universidad Nacional Autónoma de México.
* Marco Darío Balderas Lima. Universidad Iberoamericana.
Texto Alejandro de Antuñano Maurer* / Marco Darío Balderas Lima*
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