Todavía no hemos llegado al clímax de lo que somos capaces de hacer en la industria de Real Estate. Tenemos mucho camino por recorrer debido al rezago existente en vivienda, porque México sigue siendo un país donde la clase media está en expansión y que también experimenta el cambio de un bono demográfico creciente a un ritmo de 10 millones de habitantes por década.
Sin embargo, estos son tiempos para que las empresas cuiden su balance general por los próximos meses, en lugar de administrar el estado de resultados, pero sin perder de vista que el entorno genera oportunidades. Si se cuenta con la liquidez adecuada, seguramente habrá nuevas oportunidades que se podrán capitalizar.
Creo que la industria seguirá en auge; la tracción mostrada genera una dinámica importante. Sin embargo, la elección del presidente Trump propició que algunos empresarios tengan cautela, y ante la incertidumbre, frenen algunos proyectos.
Considero que esto es un efecto meramente temporal y que el desarrollo continuará en el corto plazo; veremos todavía una industria boyante.
Algunos sectores sufrirán ese efecto, por lo que el análisis es necesario por segmentos; probablemente el industrial sufrirá un poco más, sobre todo los dependientes o vinculados a la actividad automotriz o alguna otra cercana a ellos, pero quitando esos efectos y algunos otros detalles, el dinamismo se va a mantener, indudablemente.
Algunos de los riesgos que hay que vigilar para la economía en general y el sector inmobiliario en particular:
Primero. Todas las industrias dependen de una clara regulación y certidumbre al respecto, por lo que cualquier Reforma Fiscal inadecuada, cualquier asunto de leyes nuevas mal implementadas, como lo que podría suceder con la Nueva Constitución de la Ciudad de México, y el tema de la plusvalía, afectarán el desarrollo de la industria.
Segundo. Desafortunadamente, hay que estar al pendiente de la violencia y la corrupción que enfrenta el país. Por eso la transparencia y la tecnología, entre otros factores, son muy relevantes para evitar estos riesgos.
Visión inmobiliaria
Turismo.- Viene de un gran año, porque México escaló a la 8° posición a nivel global como mercado turístico internacional en 2016. En algunas plazas, como Los Cabos, los hoteles se pelean los desarrollos debido a que ese lugar, así como otros destinos, están dolarizadas y habrá un boom importante.
Vivienda.- Segregando el efecto de la disminución de subsidios, se sigue combatiendo el rezago de vivienda en el país. Hay un boom importante, sobre todo en las 30 ciudades más importantes del país. Habrá mucho dinamismo con un claro eje: concentración urbana.
Industrial.- Tal vez será el más afectado.
Dependerá del sector industrial (manufacturas) la suerte que corra. Probablemente estaremos viendo una pesificación y renegociaciones en las rentas.
Oficinas.- En el mediano plazo habrá sobre oferta, principalmente en la Ciudad de México. Sin embargo, hay espacios aún por desarrollar en las ciudades medias del país.
Retail.- Seguirá siendo el sector premium, porque estamos muy lejos de la penetración comparado con países desarrollados. Aun considerando el efecto del poder adquisitivo, es indudable que se requieren más espacios comerciales que se han convertido en los lugares de convivencia y encuentro entre las familias.
Texto:Carlos Pantoja
Foto: Real Estate Market & Lifestyle