La pandemia del COVID-19 ha afectado la demanda de movimiento de productos y de turistas –50% y 85%- de Baja Ferries, por lo que retardará sus planes de crecimiento. El proyecto fundamental de expansión era la incorporación de nuevas rutas en el Golfo de México, entre Veracruz y Progreso, que se trabaja desde hace más de cinco años.
La firma venía de un año de inversiones, en el que reinvirtió 50% de sus utilidades en la actualización y adquisición de flota nueva; como la adquisición de la embarcación México Star con una inversión de 600 millones de pesos (mdp) y de Oaxaca Star, de 80 mdp; comentó Ariel Pozo, CEO de la compañía de transporte marítimo. “Los montos de inversión se van adecuando no solamente en función de la crisis, sino en las necesidades de los clientes, y hoy lo que ha cambiado mucho en este escenario son sus necesidades”.
La firma apunta a su dependencia de la reactivación de economías como la estadounidense y la canadiense, de donde proviene 90% de la actividad turística de la península de Baja California; lo que impacta tanto en el transporte de mercancías como de pasajeros. Y alrededor de 70% de las mercaderías que ingresan vía marítima desde a la península son transportadas por la firma.
Baja California Sur tiene una población estable de 700 mil habitantes, pero una flotante –o turística– de casi 5 millones al año. Hoy lo que trasladamos en embarcaciones son aquellos alimentos, bebidas y materiales que usa la población estable de la península, lo que representa una caída importante en los volúmenes normales que operamos, dijo Pozo en entrevista para Expansión.
A pesar de la contingencia sanitaria, la compañía ha mantenido itinerarios en la ruta La Paz-Topolobampo –con seis viajes semanales– y en la ruta La Paz-Mazatlán, con tres viajes semanales. “Hemos asumido mantener la frecuencia y operación en ambas rutas, conscientes de que el impacto de la detención de estas embarcaciones sería mayor”; señaló el directivo.