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El cambio climático está transformando el mercado inmobiliario estadunidense: dos tercios de los estadunidenses consideran que ser propietario de vivienda es más arriesgado ahora que hace diez años. Los riesgos por desastres naturales influyen en la elección de ubicación, la disposición a pagar más por viviendas seguras y la percepción de los precios en zonas de alto riesgo.

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El cambio climático y los desastres naturales están influyendo cada vez más en la forma en que los estadunidenses piensan sobre la compra de vivienda. Según un informe reciente de Clever Offers, propiedad de Clever Real Estate, dos tercios de los estadunidenses (68%) consideran que ser propietario de una vivienda es más arriesgado ahora que hace diez años debido a la mayor frecuencia y gravedad de fenómenos climáticos extremos.

 

Revela el informe que casi siete de cada diez propietarios (69%) evaluaron el riesgo de desastres antes de comprar su casa, mientras que casi la mitad de quienes aún no poseen vivienda (46%) se han replanteado la viabilidad de adquirir una propiedad debido a los efectos del cambio climático. Entre los propietarios, 61% teme que un desastre natural pueda destruir su hogar, y 48% se preocupa por tener que reubicarse en algún momento.

 

A pesar de estas preocupaciones, solo un 26% de los propietarios se siente completamente seguro de que su vivienda está protegida frente a amenazas climáticas, mientras que un 11% admite no tener confianza en su comprensión de los riesgos locales.

 

 

La ubicación geográfica también marca la decisión de compra. Aproximadamente un tercio de los no propietarios (35%) han descartado lugares específicos por riesgo climático, con California (40%), Florida (36%) y Texas (21%) a la cabeza de las regiones evitadas. Las principales amenazas que generan preocupación son los tornados (31%), incendios forestales (26%) y huracanes (16%).

El estudio indica que los estadunidenses están dispuestos a invertir más en viviendas protegidas contra riesgos climáticos locales (74%) o en zonas de bajo riesgo (63%). Sin embargo, un tercio aún consideraría vivir en áreas de alto riesgo, y casi la mitad (48%) señala que un descuento significativo podría convencerlos de hacerlo.

 

Además, el 46% opina que quienes compran en zonas de alto riesgo deberían asumir consecuencias financieras a largo plazo, y el 39% considera que ningún descuento justifica el riesgo de vivir en estos lugares. Mirando hacia el futuro, el 30% de los estadunidenses prevé una escasez de zonas “seguras frente al cambio climático” en los próximos 10 años, lo que podría transformar aún más el mercado inmobiliario.

 

La percepción del riesgo climático está cada vez más integrada en las decisiones de compra de vivienda en Estados Unidos, redefiniendo prioridades, precios y preferencias geográficas en el sector residencial.