Los grandes espacios interiores y las amenidades espectaculares que por años definieron al segmento residencial de lujo están siendo desplazados por conceptos más integrales, sostenibles y conectados con el entorno. Hoy, el verdadero lujo se mide en experiencias, calidad de vida, respeto ambiental y tecnología funcional.
Desde la pandemia se marcó un punto de inflexión en las preferencias del mercado inmobiliario de lujo. Armando Turrent, director del proyecto Reserva Santa Fe, ha sido testigo de esta transformación desde el frente de un desarrollo que busca redefinir el futuro del hábitat premium en México.
En plática con Real Estate Market señaló que, a partir de un estudio realizado luego de la pandemia, detectaron que el perfil del consumidor de alto nivel cambió.
La tendencia se alinea con una visión global más consciente. Indicó que ciudades de primer mundo, como Seattle, comienzan a redefinir su infraestructura bajo el principio de que una metrópoli avanzada es aquella donde incluso los más privilegiados usan transporte público. Este paradigma ha provocado una reevaluación sobre cómo, dónde y para qué se construye.
Nuevas certificaciones
Por ello, el entrevistado afirmó que uno de los conceptos que cobra fuerza en este nuevo modelo es la construcción regenerativa, que va más allá de reducir el impacto ambiental: Busca revertirlo. En este sentido, el proyecto que dirige busca posicionarse como el primer desarrollo certificado como regenerativo en América Latina, mediante el estándar Living Building Challenge (LEED Immune Challenge), el cual supera los parámetros del ya reconocido LEED Platino.
“En nuestro caso, de las 200 hectáreas del desarrollo, 130 son bosque, el cual no solo hemos conservado sino enriquecido. Pasamos de 53 mil a más de 90 mil árboles registrados, con un ecosistema cada vez más robusto”, explicó.
También, esta filosofía se refleja en la vida diaria: Edificios completamente autónomos —desconectados de servicios públicos— que no sacrifican diseño ni confort. “La tecnología ya permite tener hogares sin conexión a la red eléctrica o hidráulica, sin que el usuario perciba diferencia alguna. Y eso es lo que más sorprende a nuestros visitantes: No hay que renunciar al lujo para vivir de forma sustentable”, añade el director de Reserva Santa Fe.
Desde el punto de vista financiero, este modelo de construcción representa un reto, pero no uno insalvable. Turrent calcula que los costos adicionales por edificar bajo estos estándares no superan el 6-7%. No obstante, considera que la inversión se amortiza rápidamente por los ahorros operativos y, sobre todo, por el incremento en la plusvalía.
Además del aspecto ambiental, la integración de tecnología de vanguardia es otra prioridad en el diseño de viviendas de lujo. Desde conexiones de fibra óptica dedicadas hasta la automatización completa del hogar, los nuevos compradores valoran tanto la conectividad como la privacidad y seguridad de sus datos. “Hoy, quien no contemple home office, domótica, sistemas de eficiencia energética o seguridad inteligente, simplemente se está quedando atrás”, advierte.
Dichas transformaciones también reflejan un cambio cultural. Aunque el mercado inmobiliario sigue siendo local en muchos sentidos —por la diversidad social, geográfica y económica de México—, las exigencias globales en temas ambientales y tecnológicos están permeando con rapidez.
Reconoce Armando Turrent que llegar a este punto implicó una curva de aprendizaje importante, tanto técnica como jurídica, al desarrollar un proyecto desde tierras ejidales y con estrictos estándares ambientales. Por ello, lanza un mensaje a otros desarrolladores: