Los primeros meses del año marcan la pauta para diseñar o adecuar la planeación de los negocios con miras a su crecimiento, posicionamiento y consolidación. Los emprendedores saben que en épocas de alta turbulencia o de reducción en la actividad económica, se generan procesos de depuración empresarial de tipo Darwiniano donde “la extinción de una especie viene de la mano de la incompatibilidad a la adecuación al medio que le rodea”.
Según cifras del Estudio de Demografía de los negocios elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), ente octubre de 2020 y julio de 2021 surgieron aproximadamente 1.2 millones de nuevos establecimientos, pero también 1.6 millones de negocios en México cerraron sus puertas de manera definitiva.
La pregunta obligada que se hacen los empresarios inmobiliarios ante tal entorno es ¿si ayer funcionaba muy bien, por qué hoy no? Cuando los negocios dejan de crecer, cuando pierden competitividad, cuando el entorno se vuelve menos favorable, cuando el marco regulatorio y fiscal se vuelve más demandante, es precisamente cuando se requieren nuevas formas de hacer negocio, dejar de ser participantes tradicionales a la expectativa para convertirse en agentes de cambio con propuestas de soluciones alternativas novedosas.
Hoy en día, gracias a los avances tecnológicos y la evolución de la cultura empresarial, nacen innovadores modelos de negocio, e industrias totalmente nuevas sustituyen a otras que se van desmoronando al volverse anacrónicas. Las startups desafían a las que se aferran al modelo de la “vieja guardia” y olvidan la relevancia del esfuerzo por reinventarse.
Para una gestión exitosa deben plantearse algunos cuestionamientos sumamente relevantes: ¿Cómo imaginas el modelo de negocio de tu inmobiliaria dentro de dos, cinco o diez años?, ¿te encontrarás entre los principales jugadores?, ¿podrás hacer frente a los competidores que tengan en sus manos sistemas de administración profesional y herramientas tecnológicas de comercialización novedosas?
Sin afán de ser demasiado dogmáticos y más allá de lo que muchos empresarios conciben como simples “modas”, la gestión empresarial exitosa y particularmente la del negocio inmobiliario no puede escapar a la instrumentación oportuna de acciones de reingeniería y reinvención.
La primera consiste en repensar los procesos de negocios y rediseñarlos radicalmente. Para modificar los logros obtenidos en el desempeño existen factores clave a considerar como la orientación hacia los procesos, el cambio radical mediante el establecimiento de nuevas estrategias corporativas, entre otros. La reinvención, por su parte, es un “proceso por el que se somete algo existente a una nueva ideación”.
En la Unión de Profesionales inmobiliarios de México (UPIM) son conscientes que una estrategia de negocios inmobiliarios sólida no es un lujo, ni tampoco está reservada sólo para las grandes empresas.
“Hoy por hoy, constituye una auténtica necesidad empresarial. Reconocemos también que un factor común de fracaso empresarial indiscutiblemente es la falta de capacidad directiva. El desempeño exitoso de largo plazo depende del diseño y puesta en marcha de un buen plan de negocio por parte del líder basado en principios de reingeniería y de reinvención”.
Para ello, “nuestra Unión se crea por empresarios inmobiliarios exitosos y se apoya en equipos de expertos especialistas en las diferentes áreas que comprende este negocio, tales como la jurídica, financiera, seguros y fianzas, comercial, técnica, bolsas de vivienda, capacitación y certificación, etcétera, con años de experiencia y actualizados de manera permanente con base en la modernidad de la era digital”.
La idea es conformar verdaderas redes profesionales de trabajo con los directores y miembros de la asociación donde también los socios UPIM son bienvenidos para aportar sus conocimientos e ideas de manera que la asociación crezca sólidamente como una “familia inmobiliaria”.
