Atrás quedó la locura por comprar en los Hamptons. “Las cosas se han ralentizado. Todavía hay mucha actividad, pero la gente ya no está actuando rápidamente como lo hacía hace unos meses”, comentó Paul Brennan, corredor de Douglas Elliman.
De acuerdo con un informe de Elliman, las cifras de ventas de mayo fueron bajas, con nuevos contratos firmados para viviendas unifamiliares que cayeron un 38% desde el quinto mes del año, incluso cuando un 14% más de listados llegó al mercado. Aunque todavía no se conocen los números de junio, analistas y corredores estiman que no están mejorando.
Mentalidad de compradores
A diferencia de la mayoría de los mercados inmobiliarios de Estados Unidos, en los Hamptons principalmente se compran segundas residencias que ocupan y venden algunas de las personas más ricas del mundo, las cuales pueden pagar en efectivo en lugar de preocuparse por las tasas hipotecarias.
“El mercado aquí es un poco diferente al del resto del país. Muchas compras no dependen de las hipotecas, y los compradores siempre pueden obtener financiación privada", mencionó la corredora de Douglas Elliman, Martha Gundersen.
Pero incluso los compradores más ricos han preferido solicitar préstamos. “Creo que ha sucedido en casi todos los niveles de precios”, dijo el corredor de Corcoran, Gary DePersia. “Después de que se firma el contrato, pase lo que pase, obtienen financiamiento. No quieren sacar el dinero de donde lo tienen para comprar una casa”, agregó.
Recortes de precios
Antes de que se estabilice el mercado, podría deslizarse todavía más, ya que los vendedores aún tienen que reconocer la nueva realidad de los compradores. “El inventario no coincide con las expectativas de los compradores. Digamos que estaban obteniendo una hipoteca del 2%, ahora obtienen el 5% y hay una desconexión en cuanto a cuáles serán sus costos mensuales”, dijo Gundersen.
Quien agregó que los vendedores por su parte, todavía están haciendo comparaciones más caras cuando van a cotizar su casa. Mientras tanto, el inventario está destinado a subir. “Habrá más casas en el mercado y, a medida que haya más, los vendedores tendrán que aceptar una concesión de precios”, señaló Brennan.
Los cierres actuales, prosiguió, son en su mayoría remanentes de cuando las personas se comprometieron a comprar durante el auge del mercado. “Ese efecto residual se mantendrá probablemente durante otros dos o tres meses”. En opinión de los corredores, no hay un solo nivel del mercado que podría ser inmune.
Perspectiva de agosto
Pero no todo es pesimismo, la demanda sigue ahí. “Junio en particular no es un buen indicador de nada”, comentó DePersia. La mayoría de los compradores serios que buscan comprar una casa, señaló, ya compraron una.
“Si compran una casa en junio, es muy probable que no la tengan antes de que termine el verano. Así que la gran motivación para comprar en esa época del año se ha ido. Cuando llegue agosto, las cosas se acelerarán de nuevo”, aseveró.
Gundersen mencionó a su vez que a diferencia de 2008, “no estamos en una crisis bancaria, por lo que aún tendremos un mercado inmobiliario saludable, solo que no tan loco como en los últimos años”. Sin embargo, el desempeño pasado podría ser un indicador decente de los próximos resultados.
“Si pudiera predecir el futuro con base a la experiencia, el mercado de los Hamptons se desacelerará antes de que llegue más inventario, y muchos compradores están esperando el otoño para comprar”, refirió el especialistas, de acuerdo con una publicación de idealista.com