En la renta inmobiliaria, el aval ha sido considerado por décadas como la garantía máxima requerida. Sin embargo, no es un mecanismo de protección infalible, porque el propietario sigue expuesto a muchos riesgos derivados de un incumplimiento por parte del inquilino.
Como se sabe, el inmueble que ofrece el aval o fiador en garantía no se grava, por lo que el propietario del bien inmueble lo puede ofrecer también en garantía de otros arrendamientos, así como solicitar créditos e inclusive venderlo o cederlo sin ningún problema, ocasionando que el arrendador se quede sin la posibilidad de ejercer el respaldo que en teoría tiene sobre dicho inmueble.
Hace más de 50 años la figura del aval se estableció, comentó Diego Llano, director de finanzas y cofundador de Morada Uno, “cuando no existía el Buró de Crédito y conseguir los antecedentes legales de una persona era una labor manual que podía tomar semanas”.
Por ejemplo, continuó, “hoy podemos conocer el perfil de un potencial inquilino o verificar la autenticidad de los documentos que presenta para rentar en cuestión de segundos”.
En el pasado, no existía una forma rápida para poder investigar en todos los tribunales y a nivel nacional, sobre los antecedentes penales de una persona, tampoco existían los recibos de nómina timbrados con CFDI, que actualmente permiten validar que una persona trabaja en una empresa determinada y que percibe el salario que afirma ganar. Por lo que gracias a diversos avances, el mismo proceso de arrendamiento se ha simplificado.
Estos son los tres aspectos relevantes en que la tecnología y la accesibilidad de datos han transformado la manera de rentar una vivienda en México:
1 Validación de la identidad del potencial inquilino. Es importante el validar que la persona que desea rentar una propiedad, sea la persona que dice ser. El poder distinguir una identificación falsa de una real puede dar tranquilidad al arrendador, con apoyo de un software capaz de identificar documentos que han sido alterados o modificados digitalmente. Para validar la identidad de la persona, se utiliza una selfie y esa imagen se compara con la identificación; el software detecta cientos de puntos faciales en milisegundos y así puede arrojar un resultado confiable.
2 El acceso a Buró de Crédito. Para todo arrendador es fundamental conocer la solvencia económica y la capacidad de pago de un potencial inquilino. El Buró de Crédito apenas tiene alrededor de 27 años en el país brindando esa certidumbre. Hace años, se le pedía a la persona que acudiera a su banco para pedir un historial crediticio, y se estaba a merced del tiempo que le tomara y a que compartiera información veraz; actualmente, plataformas como Morada Uno están conectadas directamente a la base de datos de Buró de Crédito. De esa forma averiguan cuántos créditos activos tiene, cuántos tiene al corriente, en cuántos está atrasado, cuánto debe en cada una de sus tarjetas, entre otros datos, en cuestión de segundos.
3 Búsqueda de antecedentes. Años atrás, para saber si una persona tenía antecedentes penales o algún fraude, se consultaban otras fuentes de información a las que era muy difícil acceder. Actualmente basta con hacer algunos clics para averiguar lo que necesitas como arrendador. La mayoría de los tribunales de México han digitalizado sus bases de datos, por eso hoy se tiene acceso a la información. Además, hay empresas (fuera de las proptech) capaces de hacer búsquedas instantáneas en todos los tribunales del país y entregar resultados inmediatos. Este alcance no es solo nacional, sino que se puede hacer a nivel mundial y acceder a listas globales relacionadas con terrorismo, fraude y otra información esencial cuando se va a rentar a extranjeros.
El uso de herramientas puede garantizarles a los propietarios su seguridad, y con el apoyo de un asesor inmobiliario, todos estos avances se traducirán en ingresos seguros derivados del alquiler de un inmueble que forma parte de su patrimonio.