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Algunos serán más rentables que otros y ello dependerá de la ubicación, características del inmueble y otras variables.

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Debido a los efectos de la crisis sanitaria que nos afecta desde el primer trimestre de 2021, el producto inmobiliario más evaluado para usos muy distintos al concebido originalmente es el de espacios corporativos.

Lo anterior es, entre otros factores,  consecuencia de la sobreoferta que mercados como el de la Ciudad de México, donde desarrolladores y propietarios buscan opciones diversas que les permitan rentabilizar sus inversiones.

De acuerdo con un reporte de la plataforma Solili, en la capital (del país) la sobreoferta alcanzó 14.4% al cierre del 2019 y pasó a registrar 19.4% al cierre del 2020, encontrando en la actualidad al cierre de agosto 2021 un 22.1% de espacios vacantes.

“Sin embargo, entre julio y agosto (de 2021) la pendiente de este crecimiento se ha suavizado, en parte porque ya no se siguen alimentando a la misma tasa los inventarios con espacios que entran desocupados, y por otra parte, por los cambios de usos que ya se reflejan en espacios antes vacíos”.

Los analistas de Solili indican que las transformaciones han sido diversas desde espacios de salud, educativos, de vivienda, hoteles y hasta algunos almacenes de acopio.

Agregaron que “algunos casos serán más rentables que otros y todo gira en torno a la ubicación, característica propia del inmueble y su estado de construcción, bien sea una antigua edificación existente y en desuso, una moderna edificación en proceso o un inmueble que quedó obsoleto o inservible a raíz de algunos de los terremotos que ocurrieron en la Ciudad de México”.

Durante los meses de julio y agosto del año en curos, la demanda corporativa nacional alcanzó 88.6 mil metros cuadrados, periodo en que la Ciudad de México y Monterrey representan en su conjunto 77.5% del total nacional, donde la capital duplica la demanda de la ciudad regia.

Finalmente, “en lo que va del tercer trimestre del año tanto los inicios de construcción como los finiquitos de proyectos que pasan a engrosar inventarios han sido nulos en las principales ciudades corporativas que monitorea Solili”.