Cabe decir que en Vancouver los precios crecieron 36% en dicho periodo y por ello, el pasado mes de julio, el gobierno anunció un impuesto del 15% a los compradores extranjeros –con vigencia al 2 de agosto- para ralentizar el crecimiento de precios.
Vancouver forma parte de un grupo (en el que también se encuentran Hong Kong, Singapur, Sídney y Melbourne) cuyos gobiernos están controlando el capital extranjero que fluye a su mercado residencial para contener la demanda y mejorar la accesibilidad de los residentes locales.
En la mayoría de las 10 ciudades con incremento en precios residenciales más altos se están implementado medidas para evitar su excesivo encarecimiento. Esto lo están haciendo a través de incrementos de tasas de interés a imposiciones sobre las adquisiciones para los extranjeros, mayores impuestos sobre los terrenos, o nuevas normas en relación al número de residencias secundarias que se pueden comprar. Conseguir frenar el aumento de precios es una de sus prioridades.
En el otro extremo, Hong Kong–cuyos precios han caído algo más del 8% en un año- ha desplazado a Taipei –segunda ciudad donde más decrecieron- seguida por Moscú.
En otras ciudades del mundo como Miami los precios han crecido un 4.3% y la tendencia se mantiene positiva; en Madrid han perdido un 0.2% con una previsión poco halagüeña; y en Nueva York cayeron un 0.5%, y la previsión sigue siendo a la baja. En Londres han caído un 0.6 por ciento.
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