|  

El sector de la construcción atraviesa una etapa de debilidad que pone en duda su capacidad de recuperación en 2025. Con retrocesos en todos sus segmentos, una menor inversión pública y riesgos externos como los aranceles al acero, el panorama sigue incierto.

5 No me gusta2

La posibilidad de acuerdos comerciales y el comportamiento de la edificación serán factores clave para definir la trayectoria del sector en los próximos meses.

 

Después de tres meses consecutivos de avance, la industria de la construcción en México volvió a mostrar señales de debilidad. En abril de 2025, el índice de producción del sector registró una contracción mensual de -2.0%, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Este retroceso interrumpió el repunte observado en el primer trimestre del año.

 

El desempeño negativo reflejó nuevas presiones en la edificación y una moderación en los trabajos especializados, lo que debilitó el ritmo de crecimiento que se había venido acumulando desde inicios del año. Bajo cifras originales, la contracción anual fue de -6.8% en comparación con abril de 2024, afectada en parte por una menor base de días laborales debido al desfase en la celebración de Semana Santa.

 

 

Todos los segmentos de la construcción reportaron retrocesos en el cuarto mes del año: La edificación cayó -4.3%, la construcción de obras de ingeniería civil (infraestructura) tuvo una fuerte caída de -21.8%, y los trabajos especializados se redujeron en -0.7 por ciento.

 

El acumulado del primer cuatrimestre de 2025 muestra una contracción de -2.0%, muy por debajo del crecimiento de 12.1% registrado en el mismo periodo del año pasado, cuando las obras de infraestructura impulsaron el dinamismo del sector.

 

Analistas de Banamex advierten que la desaceleración continuará, en especial en el rubro de infraestructura, debido a la reducción de la inversión pública y un entorno de incertidumbre por la política comercial de Estados Unidos.

Por su parte, un reporte de Banorte señala que persisten riesgos externos, como la aplicación de aranceles al acero y aluminio por parte del gobierno estadunidense. Esta medida, de concretarse sin acuerdos bilaterales, podría elevar hasta en 10% los costos de construcción en México, según estimaciones de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).