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Datos muestran un superávit de 2.4 millones de toneladas para Estados Unidos en 2024, mientras que las exportaciones mexicanas cayeron 13% en 2024.

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Las exportaciones de acero de México a Estados Unidos no están perjudicando la industria estadunidense, como algunas voces en ese país sugieren.

 

De hecho, los datos indican que el comercio de acero entre ambas naciones sigue siendo beneficioso para Estados Unidos y no es responsable de la pérdida de empleos ni del cierre de plantas, como se ha afirmado en varias ocasiones por parte de la industria del acero estadunidense, destacó la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero.

 

Desde 2015, Estados Unidos ha mantenido un superávit anual en su comercio de acero con México, sostuvo en una nota.

En promedio, abundó, Estados Unidos ha exportado 1.2 millones de toneladas de acero a México cada año.

Tan solo, en 2024 este superávit alcanzará las 2.4 millones de toneladas, un aumento significativo del 10% respecto al año pasado y un 23% por encima del promedio de los años 2015-2017.

 

Lo anterior evidencia que, en lugar de estar siendo afectado, Estados Unidos ha visto un crecimiento en sus exportaciones hacia México.

 

Por el contrario, las exportaciones de acero de México a Estados Unidos han mostrado una disminución del 13% en 2024, lo que refleja que las exportaciones mexicanas están en niveles más bajos, similares a los de hace una década.

Esta tendencia, lejos de ser perjudicial para la industria estadunidense, refleja un mercado equilibrado, sin que las exportaciones mexicanas supongan una amenaza para el sector siderúrgico de EE.UU.

 

 

La relación comercial entre ambos países también ha tenido un impacto positivo en el empleo en Estados Unidos.

Según el Centro de Investigación en Economía y Desarrollo (CIDE), las exportaciones mexicanas de acero generan alrededor de 40 mil empleos directos en Estados Unidos, además de que el acero mexicano contiene un 11.8% de insumos fabricados en Estados Unidos, lo que refuerza aún más la interdependencia entre ambas economías.

Otro argumento que ha circulado, relacionado con el origen del acero chino que pasa a través de México, también ha sido desmentido.

 

Según el Sistema de Monitoreo y Análisis de Importaciones de Acero de Estados Unidos (SIMA), las exportaciones de acero chino hacia México representan solo el 0.02% del total de las importaciones de acero al país en 2024.

 

Además, el 83.1% del acero exportado desde México a Estados Unidos proviene de fábricas mexicanas, no de terceros países.

México, consciente de las implicaciones de estas acusaciones, ha adoptado medidas para proteger su industria siderúrgica, como la imposición de aranceles de hasta el 50% a productos de acero de naciones con las que no tiene acuerdos comerciales y ha reforzado la vigilancia de las importaciones mediante un sistema de trazabilidad.

También, ha colaborado estrechamente con las autoridades de Estados Unidos, especialmente con la U.S. Customs and Border Protection, para mejorar la transparencia en las importaciones.

 

En cuanto a la relación comercial entre ambos países, especialmente en el contexto del T-MEC, la industria mexicana ve en la integración regional una solución más efectiva para enfrentar los retos del comercio global.

 

Frente a la competencia desleal de mercados como el chino, la cooperación dentro del marco del T-MEC es fundamental para mantener una industria siderúrgica sólida y competitiva en América del Norte.