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La industria de la construcción sostuvo un fuerte ritmo de debilitamiento en el segundo semestre de 2024. Tan solo en noviembre registró una contracción de -1.8% respecto a octubre, considerando cifras ajustadas por estacionalidad, interrumpiendo dos meses consecutivos de repunte.

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Este débil desempeño se explicó por el retroceso en la ingeniería civil (-3.1%), que fue el quinto mes consecutivo de ajuste. La edificación disminuyó -2.0%; finalmente, los trabajos especializados aumentaron 3.5% después de tres meses de retroceso. 

 

Según información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y bajo cifras originales, la producción del sector construcción experimentó una contracción de -4.2% en noviembre de 2024 respecto al mismo mes de 2023.

 

Dicho comportamiento fue determinado por la fuerte contracción que experimentó la construcción de obras de ingeniería civil (-31.9%) y el retroceso de los trabajos especializados (-6.0%); en tanto la edificación fue la única con crecimiento a un ritmo anual de 6.3 por ciento.

 

En el acumulado de enero a noviembre de 2024, la industria de la construcción acumula un crecimiento de 3.7% en comparación con el mismo periodo de un año previo y en donde la edificación es el único segmento que muestra crecimiento.

 

Contrasta dicho desempeño con el crecimiento de 15.6% de todo el año 2023, ciclo alcista que fue impulsado por las obras de ingeniería civil que repuntaron 78.7% anual.

Analistas de Banorte opinan que hay motores que podrían ganar vigor conforme avance el año 2025. Por ejemplo, “anticipamos que el gasto gubernamental en los proyectos insignia avance con mayor ímpetu en la segunda mitad del año. También vemos menor incertidumbre y un ciclo acomodaticio de Banxico más avanzado, con lo cual la industria podrá ganar cierto impulso. Si bien es probable que se mantenga un desempeño heterogéneo, vemos potencial para la construcción y las manufacturas”.

 

Por su parte, analistas de BX+ estiman que “la atonía en la inversión limita el dinamismo en la construcción. Primero, la inversión pública se reducirá como parte del proceso de consolidación fiscal. Segundo, la inversión privada puede ser limitada por la creciente incertidumbre, tanto por factores internos como externos (proteccionismo comercial en Estados Unidos), y altas tasas de interés reales, si bien ellas seguirían bajando”.

 

 

Aunque la consolidación fiscal podría reducir el ritmo de inversión pública, proyectos clave como el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec y el programa sexenal de vivienda, podrían aportar dinamismo al sector. Sin embargo, se podría evaluar la eficiencia en la ejecución de estos proyectos y su capacidad para generar un efecto multiplicador en otras áreas de la construcción.