Aunque Latinoamérica es una región donde millones de personas carecen de acceso a servicios sostenibles e inclusivos de agua, la región solo invierte el 1.8% de su Producto Interno Bruto (PIB) en servicios de agua, saneamiento, electricidad o transporte.
De acuerdo con representantes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre el 2008 y el 2019, LATAM invirtió en promedio anual, el 1.8% de su PIB en infraestructura. Sin embargo, la región debe destinar un 3.12% anual de su PIB para cerrar la brecha de infraestructura en el 2030.
De acuerdo con los cálculos del BID, ese 3.12% significa que debe incrementarse la inversión en un 70%, además de encontrar mecanismos innovadores de financiamiento para alcanzar esos montos, de acuerdo con una publicación de EFE.
Asimismo, es importante reforzar a las instituciones del sector incluyendo a las empresas operadoras, a las que debe apoyarse para acrecentar la innovación tecnológica, la digitalización de los servicios y reformar la gobernanza. Sin olvidar que debe invertirse “más y mejor” considerando el ciclo del agua.
“Esto es crítico para implementar soluciones resilientes al cambio climático, como conservación de cuencas; o introducir fuentes no convencionales, como desalinización o reúso”, puntualizó Mauricio Claver-Carone, presidente del banco.
Afirmó que el sector privado podría y debería desempeñar un rol más activo, incluso las Pequeñas y medianas empresas (Pymes), que ofrecerían servicios más sofisticados como el manejo de lodos fecales en zonas urbanas. “Para ello, necesitamos cambiar la óptica de un modelo económico lineal hacia un modelo de economía circular”.
Claver-Carone indicó que el tratamiento de las aguas residuales es un buen punto de partida, pero se debe actuar rápido, pues hoy en día, las urbes de América Latina y el Caribe tratan apenas un 20% de las aguas residuales, en promedio, en comparación a más del 60% que se realiza en países de altos ingresos.