La industria de la construcción registró de enero a noviembre de 2020 una contracción en su índice de producción de -17.7%, comparado con el mismo periodo del año previo, determinado por una caída en proporciones similares de la inversión en el sector.

Información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indicaron que en el penúltimo mes del 2020, la construcción registró una contracción de -7.8% en su comparación anual, determinada en gran medida por un retroceso de las obras de ingeniería civil de -20.9%, más un retroceso de la edificación de -5.9% y de -3.4% en los trabajos especializados del sector.

Asimismo, el INEGI informó que la inversión en construcción registró de enero a octubre cayó -18.4% al realizar la comparación con el mismo periodo del año pasado. Tan solo en octubre el ajuste fue de -12.7% a tasa anual.

Analistas de Banorte expresaron que aunque la industria de la construcción ya fue considerada una actividad esencial, “la situación de corto plazo sigue siendo bastante compleja, todavía altamente dependientes de las condiciones en torno a la pandemia”.

En términos mensuales,  el sector construcción avanzó  2.20% en noviembre, pero en términos anuales continúa siendo la más rezagada de toda la actividad industrial con la caída ya señala de -7.8% en noviembre.

En opinión de Banco Base, el sector de la construcción ha mostrado una recuperación mensual inestable, toda vez que ha avanzado debido a la reactivación de las obras, más no necesariamente el inicio de nuevos proyectos.

Respecto a la inversión, en Invex opinan que “a pesar de los continuos acuerdos entre el Gobierno y la iniciativa privada para fomentar la inversión, la proporción de proyectos en ejecución es baja y ésta podría mantenerse así durante el presente año. Es evidente que persiste un sentimiento de desconfianza en los agentes del sector privado en cuanto a temas de inversión física”.

Agregaron que “en 2021, el sector público dará prioridad a los proyectos emblemáticos de la administración actual que difícilmente contrarrestarán menores flujos de inversión privada. No detectamos elementos que sugieran un repunte de la inversión en infraestructura durante los siguientes meses, y menos si el sector inmobiliario no residencial registrará un cambio permanente ante la nueva realidad del teletrabajo”.