De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la inversión en construcción presentó en agosto una contracción de -15% en comparación con el mismo mes del año 2019 (cifras originales), por lo cual en los ocho primeros meses del año un retroceso acumulada de -19.5% a tasa anual.
Medidos en forma mensual, luego de la drástica caída de -32.6% de abril, durante los cinco meses siguientes ha reportado un incremento mensual; en agosto en particular, repuntó 10.3%, pero no es suficiente para revertir en términos anuales la contracción.
La inversión en construcción residencial registró en agosto un retroceso de -7.5% a tasa anual, moderando mucho el ajuste que mostró desde abril cuando observó un retroceso anual mayor al -40%; incluso en julio la caída fue de -21.5%, por lo que en agosto mostró una gran moderación que seguramente tiene que ver con la reactivación de muchos proyectos inmobiliarios que estaban detenidos por el confinamiento.
En el segmento de inversión no residencial, la caída a tasa anual de -21.9% no se ha moderado tanto como en la inversión residencial, debido a la participación de recursos públicos en obra de infraestructura.
Debido a los acuerdos de inversión en proyectos de infraestructura del gobierno federal con la iniciativa privada, como parte de una estrategia para reactivas la economía, se prevé una mejora en el desempeño de la inversión no residencial, pero quizá sea hasta el próximo año cuando vemos una mejora sustancial en la tendencia de la inversión en construcción porque los proyectos no se materializan de la noche a la mañana.