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Una proyección interesante, pues la región no había sido considerada dentro de los grandes proyectos de la federación.

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De acuerdo con especialistas, el Tren de Alta Velocidad (TAV) México-Querétaro podría aumentar la competitividad de la región Bajío, asimismo, motivaría la atracción de inversión extranjera en México, al contar con una ventaja de transportación hacia la Ciudad de México.

Humberto Banda Ortiz, economista y académico de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), dijo que mantener al tren en la cartera de proyectos del gobierno federal, a través de una concesión que se otorgaría a la iniciativa privada, representa apostar por el desarrollo de obras en la región.

En este tema, mencionó, no había sido considerada dentro de los grandes proyectos de la federación, en contraste con el sureste del país. “Hasta ahora, el Bajío había estado prácticamente olvidado por los planes económicos que había lanzado el gobierno federal, con esto se vuelve a reactivar la economía del Bajío”.

También impacta en dos cuestiones, “básicamente en seguir siendo un polo de atracción de inversiones porque está en el centro del país y de ahí se pueden detonar materias primas hacia otras regiones y para los trabajadores. Es un motor de crecimiento para la región, también podría ser favorable para Querétaro, pero desplazaría un poco inversiones”, agregó.

Querétaro podría ser de las entidades más beneficiadas, debido a la conexión directa que tendría con la capital del país, con trayectos de menor tiempo en comparación con vías carreteras; y atraería proyectos de inversión, que redundaría en generación de empleos.

El especialista apuntó que aún es necesario que se generen condiciones de certidumbre para que los inversionistas participen en la ejecución del proyecto: Lo preocupante es ver cuándo van a iniciar los proyectos, ver que haya certidumbre económica para los inversionistas y que sí se completen estos proyectos.

En contraste, también traería desafíos como un aumento en los flujos de migración hacia el Bajío, y particularmente hacia Querétaro, derivando en una mayor demanda de servidores públicos y de infraestructura, comentó Banda Ortiz a El Economista.