Los tres grandes proyectos de infraestructura del sexenio actual, -el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec- deberían posponerse; y en su lugar, otorgar mayores recursos para combatir los efectos en la salud y en la economía ocasionados por la emergencia sanitaria del COVID-19.
Así lo consideró Francisco Cuevas Dobarganes, director general de la Unión Industrial del Estado de México (UNIDEM). A esta postura añadió que es mejor que los proyectos ayuden a generar empleos una vez que termine la emergencia; toda vez que se trata de empleos temporales ligados a la industria de la construcción.
En este sentido, sería más rentable, dijo, a mediano y largo plazo, hacer un esfuerzo por mantener los empleos que se perderían por la descapitalización de empresas consideradas como no esenciales y que tienen los mismos ingresos; pero sin ventas por las restricciones de la contingencia. Asimismo, devolver rápidamente los saldos a favor de IVA; lo que favorece a la industria enfocada a la exportación, tan golpeada por la pandemia del Coronavirus.
"Seguimos pensando que si no se diseña un plan para apoyar a las cientos de miles de empresas consideradas como no esenciales, la pérdida de empleos podría ser mayor a los 2 millones de plazas formales; y ello complicaría todos los proyectos de infraestructura, al caerse la recaudación de manera muy importante", dijo el representante industrial.
Cuevas Dobarganes comentó que si se cierran estas empresas, que actualmente ya no cuentan con liquidez y en algunas semanas con solvencia, se tendrían consecuencias incalculables en el empleo y la recaudación; y sobre todo, obligaría a cancelar otros proyectos y programas que actualmente se consideran como prioritarios.