El Análisis de Prefactibilidad Ambiental y Socioeconómica de Diferentes Sitios, elaborado por el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) en 2008, alertó que el municipio de Paraíso, Tabasco, presentaba el mayor riesgo para la instalación de una refinería, por lo que –desde ese entonces– se dijo que no era recomendable la elección de ese sitio.
En el documento, entregado a Petróleos Mexicanos (Pemex), en noviembre de hace 11 años, se lee que en el municipio en que se haya Dos Bocas, presenta grandes limitantes para el desarrollo de una refinería de tal magnitud, tanto en materia de infraestructura, social y ambiental. También alberga una gran variedad de especies en estatus de peligro, protegidas, y vegetación conformada por manglares, pantanos y esteros, principalmente.
Incluso, desde 2008, el IMP alertó sobre el riesgo de inundación debido al aumento del nivel de mar en la zona, ocasionado por el cambio climático. El director general del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Gustavo Alanís, comentó que esta obra “comenzó con el pie izquierdo”, ya que el año pasado se hizo pública la tala de 220 hectáreas de manglar en Dos Bocas para preparar el sitio de la refinería.
El IMP resaltó que, debido a las lagunas, pantanos y falta de terrenos adecuados para la construcción requiere de “importantes obras para el acondicionamiento del terreno”. En contraste, el centro público de investigación especializado en hidrocarburos, consideró como “sitio adecuado” a Tuxpan, Veracruz, para la construcción de una refinería por las vías de comunicación y el impulso a la industria en esta región.