Josefa González Blanco, titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), admitió durante una reunión con diputados federales, que megaproyectos de infraestructura y energía anunciados por el gobierno del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, aún no cuentan con estudios de impacto ambiental.
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Entre estos proyectos se encuentran el Tren Maya, el Corredor Transístmico, la Refinería de Dos Bocas en Tabasco y en nuevo Aeropuerto Internacional de Santa Lucía (AISL). Ante tal panorama, Fréderic Vacheron, representante de la Unesco en México, consideró que la construcción de cada uno de ellos debe tener una visión holística, para que sean una ventaja para el desarrollo de México, y no un problema que pueda afectar a la biodiversidad, aspectos culturales o a las poblaciones.
“Es muy importante que Unesco esté al principio del proyecto de Tren Maya y no al final. No somos un Tribunal. Somos una agencia de cooperación y que el gobierno nos abra la puerta para que podamos aportar los conocimientos de la comunidad internacional en términos de cultura, biodiversidad y la conservación del patrimonio. También del concepto de turismo sostenible que trabajamos con la Organización Mundial de Turismo”, sentenció Vacheron.
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La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), advirtieron que las principales reservas del país se encuentran principalmente en estados como Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán –por los cuales se prevé que la ruta del Tren Maya sea establecida–, y son las actividades humanas las que constituyen la principal amenaza.
Las legisladoras Julieta Macías Rábago y Dulce María Méndez, expresaron su preocupación y desconfianza, considerados los daños recientes con el desmonte en el predio destinado para la construcción de la refinería Dos Bocas, que incumplieron con los requisitos de la norma ambiental.
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