De acuerdo con información de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el proyecto del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía (AISL) registró un primer incremento de costo de 11.7%, pasando de 70 mil 342.1 millones de pesos (mdp) a 78 mil 557.3 millones. Debido a que la fuente de recursos para la nueva terminal provendrá en su totalidad de presupuesto público durante los próximos tres años, el gobierno federal aumentará la inversión; ya que, en un inicio, se estimaba ejecutar obras mediante concesiones por 3 mil 463.4 mdp.

En relación con las instalaciones militares, se detectó que el Cerro de Paula afecta pistas civiles, por lo que el plan maestro presentado en agosto pasado y que contó con la participación de Grupo Rioboó, fue modificado, obligando a que “de manera complementaria, el proyecto del Aeropuerto Internacional de Santa Lucía considere una tercera pista para uso exclusivo de la Fuerza Aérea Mexicana, además de la reubicación de las instalaciones militares existentes actualmente en la Base Aérea Militar No.1”.

El espacio que se utilizaría en un principio estaba contemplado para ser urbanizable y de uso mixto, y aunque a la fecha los detalles de este ajuste no son públicos, se tiene la certeza de que el Casco de la Hacienda de Santa Lucía, construida entre 1580 y 1596 no será removida por la ejecución del aeropuerto y, según el Instituto Nacional de Antropología, se conservará como monumento histórico.

Se prevé que en su primer año, el AISL tenga una demanda de 18 millones pasajeros y que cuente con 38 posiciones de contacto para aerolíneas, hangar de mantenimiento, aduana, estacionamiento para 4 mil vehículos, servicios aeroportuarios y torre de control. Sin embargo, las primeras estimaciones de tráfico de la Sedena refieren que tras 10 años de operación, la terminal comenzará a tener problemas de saturación, a pesar de que estará en condiciones de ser ampliada y prolongar su vida útil, la cual se ha establecido en 30 años.