Según Pablo Careaga Córdova, enlace territorial del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) para el Tren Maya, el único esquema que garantiza una retribución justa en función de las aportaciones que se hagan a la obra ferroviaria, es trabajar con los ejidos que requieran sumarse al proyecto a través del fideicomiso de inversión y bienes raíces (fibra).
El Tren Maya, explicó, tiene garantizado su derecho de vía a través de la carretera y las líneas de alta tensión de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), por lo que un desacuerdo con algún ejido no significaría tener que modificar el trazo original del tren, “al menos en el tramo que corre por Quintana Roo”. Careaga Córdova aseguró conocer las inquietudes de Luis Chimal Balam, comisario ejidal de Bacalar, respecto de su desacuerdo a participar en el Tren Maya a través de una fibra y dijo que “es claro que pueden vender sus tierras, porque hay quienes estarían dispuestos a comprárselas para después integrarlas al Tren Maya a través del fideicomiso, pero no es lo que más les conviene”.
Insistió en que, en caso de que se mantenga la negativa del ejido a integrarse al proyecto a través de un fideicomiso, trabajarán solo con aquellos que sí quieran unirse a través de este sistema financiero. El funcionario, agregó que incluso la ubicación original de una de las estaciones proyectadas para construirse en Bacalar, podría cambiarse a Chetumal si no se llega a un acuerdo.
“Tampoco se expropiarán tierras, sino que se pretende incorporar como socios del proyecto a ejidos y dueños de terrenos dispuestos a aportar su patrimonio a cambio de una renta o rendimiento a largo plazo, es decir, a través del fibra”, puntualizó Pablo Careaga. Recientemente, Rogelio Jiménez Pons, titular del Fonatur, ya había adelantado que lanzarán a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) una fibra para captar inversiones inmobiliarias en torno a las estaciones del Tren Maya.