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México se encuentra entre dos océanos y el impacto del cambio climático ha influido de tal forma que hay una necesidad creciente para que las construcciones ubicadas en la costa cuenten con materiales especiales para hacer frente a los embates de los vientos y tormentas, como el caso de los meteoros Katia, Irma y José.

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Por los 11,122 kilómetros de costa en el país, los huracanes y tormentas preocupan a gobiernos locales, sectores industriales y la población en general, debido a los serios problemas que implica su atención en áreas económicas y sociales.

Al ser el octavo país más visitado en el mundo por sus atractivos en playas y destinos turísticos que albergan a miles de viajeros extranjeros y nacionales, el sector de inmobiliario turístico da prioridad al tema de la seguridad en sus edificaciones.

Uno de los materiales más usados es el vidrio, que ofrece panorámicas únicas, además de proteger de vientos fuertes en caso de tormenta tropical o huracán, mismos que deben ser contemplar altos estándares de seguridad y calidad, ya que de ellos depende la infraestructura e integridad de las vidas humanas.

Ante ello, el “sistema antihuracán”, desarrollado por ingenieros mexicanos, consiste en la instalación de vidrios laminados con una capa intermedia estructural de mayor rigidez que el polivinilo, lo que permite mejor soporte, y ofrece más resistencia a las condiciones climáticas.

Actualmente, las normas internacionales toman en cuenta tres factores en los vidrios de inmuebles hoteleros: Resistencia al viento, resistencia a impactos (un huracán no sólo importa la velocidad, sino que el huracán atrae objetos que arroja como misiles) y además, la presión y succión de vidrio.

Lo que se buscan a través de estas normas, es que el vidrio aguante velocidades de ciclones y huracanes, y contenga y resista proyectiles lanzados tales como troncos y piedras.

La tecnología, que se ha utilizado con éxito en hoteles de Acapulco y Los Cabos por la compañía Grupo Tecno, implica un ahorro económico para desarrolladores, inversionistas y aseguradoras ante la posibilidad de reducir considerablemente la pérdida de vidas. El grosor del vidrio depende de las zonas costeras, ubicación del inmueble, altura y forma del edificio para obtener un performance adecuado.