|  

En un entorno global incierto, México se consolida como una opción atractiva para la inversión, con oportunidades en manufactura, logística y comercio, a la vez que enfrenta desafíos derivados de la política comercial y migratoria de su principal socio económico.

2 No me gusta0

En un contexto de ajustes monetarios, tensiones comerciales y posibles cambios en la política fiscal de Estados Unidos, México se mantiene como un destino atractivo para la inversión, destacándose por su cercanía con el mercado norteamericano y la continuidad del nearshoring, según Ignacio Saralegui, director de Soluciones de Portafolios en Vanguard Latinoamérica.

 

A pesar de los riesgos, el experto destacó que el nearshoring sigue siendo un motor de crecimiento para México.

 

“Nosotros vemos como algo beneficioso el tratado de libre comercio entre los países del norte. Creemos que, si bien se habla de renegociación, esos son ya elementos políticos, ya tanto sea tácticas de negociación o prácticas políticas para luego tratar de guiar discusiones para donde quiera llevarla, en este caso, Estados Unidos. Pero sí lo vemos como que algo perdurable, algo que va a seguir existiendo, que los tres países se benefician de este T-MEC y algo de mucha relevancia también para apoyar lo que es la tendencia del nearshoring que hablábamos, cómo extranjeros se posicionan en Latinoamérica, especialmente en México, para abastecer de productos y servicios para las economías del norte”.

La tendencia de empresas globales a trasladar su producción más cerca de su mercado principal, en este caso Estados Unidos, ha fortalecido el atractivo de México como centro manufacturero y logístico. Esta dinámica, impulsada por la necesidad de reducir la dependencia de China y mejorar la resiliencia de las cadenas de suministro, continuará favoreciendo la inversión extranjera directa en el país.

 

Afirmó que el nearshoring sigue viento en popa, beneficiando particularmente a México por su proximidad geográfica con Estados Unidos. Además, destacó que la economía estadunidense sigue mostrando solidez, con un mercado laboral fuerte y un crecimiento en los salarios, lo que genera una demanda constante de productos y servicios provenientes de México.

 

Otro factor a considerar es la política migratoria de Estados Unidos. Aunque se han endurecido algunas medidas, el mercado laboral estadunidense sigue beneficiándose de la mano de obra migrante. En un escenario de restricciones más severas, donde se reduzca en un millón el número de inmigrantes en el mercado laboral, el crecimiento económico de Estados Unidos podría caer a un rango de 1%-1.5%, lo que tendría un impacto negativo en la región.

 

 

Saralegui subrayó la importancia de monitorear las políticas fiscales en Estados Unidos, particularmente el plan de Trump de reducir impuestos y aumentar el gasto público, lo que podría elevar la inflación y aumentar la volatilidad en los mercados.

 

Un gran desafío para México será mantener su competitividad y aprovechar la relocalización de empresas, mientras navega en un entorno internacional con cambios económicos y políticos constantes.

 

Durante una entrevista en el pódcast Norte Económico, de Banorte, Saralegui analizó el panorama económico global y regional para 2025. Señaló que, aunque se espera una desaceleración en el crecimiento mundial, no se prevé una recesión. Las proyecciones para Estados Unidos indican un crecimiento del 2%, mientras que para México se estima un avance del 1.5% en 2025.

En el desempeño económico, un factor clave será la política monetaria. Se anticipan recortes en las tasas de interés tanto en Estados Unidos como en México, con el objetivo de alcanzar niveles más equilibrados tras un periodo de tasas elevadas para contener la inflación. Se espera que la Reserva Federal estadunidense termine 2025 con una tasa cercana al 4%, mientras que Banxico podría situar su tasa en torno al 8 por ciento.

Sin embargo, Saralegui advirtió que la implementación de nuevos aranceles por parte de la administración de Donald Trump podría afectar estas perspectivas.

 

De aplicarse medidas arancelarias más restrictivas entre Estados Unidos, México y Canadá, el crecimiento podría reducirse a 1% en México y a 1.5% en Estados Unidos, generando un impacto adicional en la inflación y en las políticas de los bancos centrales.