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La imposición de aranceles del 25% por parte de Estados Unidos a las exportaciones mexicanas representaría un golpe significativo para la economía de México, afectando tanto la inversión como el crecimiento del PIB y la generación de empleo.

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Según empresarios y analistas, esta medida debilitaría la integración económica de América del Norte, encareciendo los productos para los consumidores, reduciendo la competitividad de la región y generando incertidumbre para las empresas instaladas en México. 

 

No solo el impacto afectaría a México, sino también a las compañías estadunidenses que operan en el país, que verían incrementados sus costos de producción y menor acceso a insumos clave. Además, la posible respuesta comercial de México y Canadá podría perjudicar a los exportadores estadunidenses, complicando aún más la relación trilateral.

 

En términos macroeconómicos, la incertidumbre sobre el futuro del T-MEC y la inversión extranjera podría generar una desaceleración económica, con una posible contracción del PIB de hasta (-)1.5% si los aranceles se mantienen en el tiempo. Aun si la medida no se implementa de forma permanente, su sola amenaza ya está afectando las decisiones de inversión en sectores clave. 

 

Además, el uso de aranceles como herramienta de presión política pone en riesgo la estabilidad y competitividad de la región, socavando décadas de integración económica. En lugar de fortalecer la cooperación para resolver desafíos compartidos, esta política genera un ambiente de mayor incertidumbre y menor crecimiento para todos los involucrados.

 

Todavía hay muchas definiciones pendientes de este tema, pero a continuación presentamos las primeras reacciones.  

Los aranceles nos dividen

De acuerdo con la American Chamber of Commerce of Mexico (AMCHAM), “los aranceles anunciados hoy (ayer) por el presidente Donald Trump son de enorme preocupación para nuestras empresas. Los aranceles no contribuyen a la integración y al fortalecimiento de la región; todo lo contrario. Aún más, no solucionan los retos de inseguridad, de migración y del tráfico de sustancias ilícitas; problemáticas que reconocemos y que debemos trabajar juntos para resolver. México y el comercio son parte de la solución, no el problema”.

 

Y agregaron que “los aranceles nos dividen. Las empresas y los consumidores de las tres economías sufriremos consecuencias de no revertirse esta medida: aumento de los costos para los productores y exportadores, pérdida de empleo, inflación y menor poder adquisitivo de nuestras familias. En resumen, una pérdida de competitividad y un retroceso en la relación privilegiada que hemos construido por décadas”.

 

Debilita a México, Estados Unidos y Canadá

Por su parte, “el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE) considera que la utilización de aranceles como arma comercial para obtener objetivos ajenos a éste, atenta contra los trabajadores y consumidores de la región y obliga a los países afectados a responder. Esta orden ejecutiva debilita a las economías de México, Estados Unidos y Canadá, haciéndolas más vulnerables”.

 

La esencia de un tratado comercial radica en la facilidad de acceso y la certidumbre que brinda para la inversión y el comercio, y de esa manera generar empleo y prosperidad. Los aranceles del 25% debilitan al aparato productivo regional, incrementando los costos para los consumidores de Norteamérica y permitiendo que nuestras exportaciones como región hacia otros países pierdan competitividad. Ello aumentaría el déficit comercial de Norteamérica frente a otros mercados”.

 

“México y Canadá son el primer y segundo socio comercial de Estados Unidos, respectivamente. Al verse obligados a responder, exportadores de Estados Unidos se verán afectados de manera adversa”.

 

 

Impacto económico sobre México

 

De acuerdo con Gabriela Siller, directora de análisis económico y financiero de Banco Base, si se lleva a cabo el arancel de 25% que Donald Trump firmó, “el tipo de cambio rápidamente subirá a niveles de 23 pesos por dólar, y si el arancel dura más de un trimestre la economía mexicana sufriría una fuerte recesión”.

 

En opinión de BBVA Research, “los aranceles de 25% a México tienen poca probabilidad de que sean de larga duración; pero de ser el caso, el impacto será negativo en ambas economías”.

Afirmaron que “se espera un crecimiento del PIB de 1.0% para 2025 en caso de que se impongan aranceles 10% a México; sesgo a la baja debido a la incertidumbre persistente sobre los flujos migratorios y los aranceles del 25%, lo que podría afectar negativamente la inversión”.

 

Sin embargo, dijeron, “el PIB podría caer un (-)1.5% según nuestra estimación preliminar si se implementa un arancel del 25% sobre bienes finales e intermedios durante la mayor parte del año”.

 

“Este cálculo asume una elasticidad-precio de las exportaciones mexicanas de alrededor de 0.67, y se amplifica por una caída significativa en la inversión debido a los altos niveles de incertidumbre; el solo efecto sobre la inversión podría representar (-)1.8 pp del crecimiento del PIB este año, duplicando el efecto negativo sobre la inversión registrado en 2019 después de la cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México. Incluso si los cambios anunciados no se materializan, la incertidumbre prolongada tendrá un impacto negativo en los proyectos de inversión, particularmente en las regiones con mayor participación del sector exportador. Un arancel permanente del 25% haría imposible sostener el tratado actual. No se puede hablar de libre comercio cuando se imponen aranceles de 25% a los países miembros. Anticipamos un impacto adicional de hasta (-)1.0 pp si la creación de empleo y los salarios reales sufren un gran golpe debido al aumento de la incertidumbre acerca del futuro del T-MEC”.