Según empresarios y analistas, esta medida debilitaría la integración económica de América del Norte, encareciendo los productos para los consumidores, reduciendo la competitividad de la región y generando incertidumbre para las empresas instaladas en México.
En términos macroeconómicos, la incertidumbre sobre el futuro del T-MEC y la inversión extranjera podría generar una desaceleración económica, con una posible contracción del PIB de hasta (-)1.5% si los aranceles se mantienen en el tiempo. Aun si la medida no se implementa de forma permanente, su sola amenaza ya está afectando las decisiones de inversión en sectores clave.
Todavía hay muchas definiciones pendientes de este tema, pero a continuación presentamos las primeras reacciones.
Los aranceles nos dividen
De acuerdo con la American Chamber of Commerce of Mexico (AMCHAM), “los aranceles anunciados hoy (ayer) por el presidente Donald Trump son de enorme preocupación para nuestras empresas. Los aranceles no contribuyen a la integración y al fortalecimiento de la región; todo lo contrario. Aún más, no solucionan los retos de inseguridad, de migración y del tráfico de sustancias ilícitas; problemáticas que reconocemos y que debemos trabajar juntos para resolver. México y el comercio son parte de la solución, no el problema”.
Debilita a México, Estados Unidos y Canadá
Por su parte, “el Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE) considera que la utilización de aranceles como arma comercial para obtener objetivos ajenos a éste, atenta contra los trabajadores y consumidores de la región y obliga a los países afectados a responder. Esta orden ejecutiva debilita a las economías de México, Estados Unidos y Canadá, haciéndolas más vulnerables”.
“México y Canadá son el primer y segundo socio comercial de Estados Unidos, respectivamente. Al verse obligados a responder, exportadores de Estados Unidos se verán afectados de manera adversa”.
Impacto económico sobre México
En opinión de BBVA Research, “los aranceles de 25% a México tienen poca probabilidad de que sean de larga duración; pero de ser el caso, el impacto será negativo en ambas economías”.
Afirmaron que “se espera un crecimiento del PIB de 1.0% para 2025 en caso de que se impongan aranceles 10% a México; sesgo a la baja debido a la incertidumbre persistente sobre los flujos migratorios y los aranceles del 25%, lo que podría afectar negativamente la inversión”.
“Este cálculo asume una elasticidad-precio de las exportaciones mexicanas de alrededor de 0.67, y se amplifica por una caída significativa en la inversión debido a los altos niveles de incertidumbre; el solo efecto sobre la inversión podría representar (-)1.8 pp del crecimiento del PIB este año, duplicando el efecto negativo sobre la inversión registrado en 2019 después de la cancelación del aeropuerto de la Ciudad de México. Incluso si los cambios anunciados no se materializan, la incertidumbre prolongada tendrá un impacto negativo en los proyectos de inversión, particularmente en las regiones con mayor participación del sector exportador. Un arancel permanente del 25% haría imposible sostener el tratado actual. No se puede hablar de libre comercio cuando se imponen aranceles de 25% a los países miembros. Anticipamos un impacto adicional de hasta (-)1.0 pp si la creación de empleo y los salarios reales sufren un gran golpe debido al aumento de la incertidumbre acerca del futuro del T-MEC”.