La inseguridad y la incertidumbre regulatoria que se mantiene en sectores estratégicos como energía son dos aspectos importantes que limitan el potencial del nearshoring en México.
La violencia debilita el Estado de derecho en México y, en última instancia, daña la confianza empresarial necesaria para optimizar el potencial de nearshoring del país, mencionó Moody’s Investors Service.
Y si bien la delincuencia no ha afectado la calificación crediticia de las empresas mexicanas, se mantiene como un factor de riesgo, en el contexto de mayor atracción de inversiones por el nearshoring.
Sectores con fuertes perspectivas de negocio -turismo- son los más sensibles a las cuestiones de seguridad. En este sentido, el sector del transporte también aumenta, asimismo la preocupación de las empresas en materia de seguridad.
La agencia de calificación destacó que las inversiones en nearshoring han aumentado este 2023, con oportunidades especialmente para los sectores automotriz, inmobiliario, manufacturero y aeroportuario.
Pero las limitaciones de infraestructura en el sector eléctrico, los obstáculos en materia de políticas públicas y los riesgos climáticos disminuyen el potencial, así como la disponibilidad de agua.